Te sonará muy extraño, pero el periodista sí que celebró un gol del eterno rival en una única ocasión. Una información que desvelaban los compañeros de “Chafarderías”, el nuevo medio del grupo editorial. Tomás Roncero es uno de los grandes madridistas de todos los tiempos, y nunca se le vería con ánimos de traicionar al club de sus amores.
Este ha conseguido establecerse como un gurú del club y siempre que ha podido ha defendido todos los intereses blancos. Aunque la intrahistoria de ese gol azulgrana es más que curiosa. Aquello ocurrió hace muchos años, cuando los genios del fútbol empezaban a asomar la cabeza. Entonces se veía un fútbol muy diferente al de ahora, y a pesar que el de hoy en día le da mil vueltas al de entonces, siempre hubo algún jugador que destacaba por encima del resto.
La visión de Roncero sobre Maradona
El redactor jefe del Diario AS, Roncero, sentía una debilidad por un jugador culé: Diego Armando Maradona, que luego hizo carrera en Sevilla y Nápoles. El argentino consiguió maravillar al mundo con su técnica y propuesta futbolística. De ahí la gran admiración del periodista. Este explica la consecución de ese tanto en un partido que medía al FC. Barcelona y los blancos.
Un clásico por todo lo alto en el que había un título de por medio: la Copa de la Liga de 1983. Un 26 de junio en Chamartín se disputaba entonces el partido de ida que terminó 2-2. Ese gol supuso un antes y un después. El Lobo Carrasco, ahora compañero de Roncero, superaba la línea divisoria y se la entregaba a Maradona en la parte derecha del estadio.
Este iniciaba entonces su carrera de casi 50 metros lisos hasta llegar a portería. Potencia, velocidad y picardía. Sin apenas obstáculos de rivales, se plantaba frente a la portería defendida por Agustín, a quién le dejará plantado. La finta del argentino hacia la izquierda, distrae al portero, cuando ve que finalmente el delantero escoge el otro lado, el diestro.
El gol que aplaudió el madridismo
Ese rápido cambio de ritmo es clave para encarar a gol. Pero para hacerlo todavía más bonito, esperó hábilmente la llegada de Juan José que llegaba al corte para impedir el tanto del empate.
Esa diana puso en pie al Bernabéu entero, y es uno de los grandes goles que se recuerdan. La deportividad del fútbol frente a los equipos rivales. El Real Madrid es todo un señor, algo que no sería capaz de hacer el barcelonismo. En total, los datos apuntan a una distancia de 43 metros recorridos en ocho segundos en una transición de nueve toques con dos regates incluidos.
El que salió más mal parado fue el central que nada pudo hacer y se lastimó sus partes nobles contra el poste de su propia portería. Maradona llegó a contar que durante el lance del encuentro, le llegó a pedir perdón, pero el defensa no quiso saber nada más de él. Una historia para enmarcar.