El Real Madrid ya conoce su rival para los cuartos de final. El Chelsea es el escogido en el último sorteo y el siguiente oponente para el camino de la catorceava. ¿Pero te acuerdas de todas las finales que el madridismo ha vivido?
En Planeta Real Madrid, te contamos lo que nunca se ha contado sobre una de las finales más exigentes, la Séptima. Con la Juventus de Turín como rival y un resultado de 1-0, se puso fin a 32 años de sequía sin conseguir alzar el título. Aquí van cinco secretos ocultos durante casi 25 años.
El Real Madrid es el equipo más laureado de la historia, y de conseguir de nuevo el trofeo, sería el colofón a una magnífica temporada con la Liga casi resuelta. Algunas de las leyendas blancas de aquel equipo, han avanzado en alguna ocasión, lo que sucedió de puertas hacia dentro.
Los jugadores toman el mando
Los primeros 15 minutos del partido fueron un vendaval por parte del conjunto italiano. Continuos ataques que dejaron descolocados a todos los jugadores blancos. No sabían como reaccionar y el Real Madrid únicamente se sostenía por las apariciones milagrosas de Illgner.
Tras esos minutos de tensión y sufrimiento, los jugadores tomaron el mando. Con el consentimiento de Heynckes, los jugadores trazaron un plan para anular a su estrella. Zinedine Zidane, era el que hacía bailar a todos los futbolistas blancos. El que se convertiría en leyenda blanca, años después, les puso las cosas muy difíciles a sus compañeros. Pero el Real Madrid reaccionó bien.
Karembeu, compatriota suyo en la selección, fue el encargado de bailar con la más fea. Asfixió el trabajo de Zidane, para que la Juventus no pudiera jugar. Seedorf adelantó su posición y el Real Madrid empezó a progresar. Los de Heynckes se soltaron y empezaron a entrar en el juego, con oportunidades que rozaron el gol al filo del descanso.
En la segunda mitad la Juventus, noqueada por la reacción madridista, era incapaz de batir a Illgner. En el minuto 67 se desató la locura. Mijatovic, recogía un rechace que se convertiría en el gol que daría la victoria final. Los más alarmantes, acusaron que habría un posible fuera de juego, para que aquel gol, completamente legal, subiera al marcador.
Di Livio y su tatuaje
El lateral derecho titular de la Juventus en la final, llevaba pintado en su mano derecha la siguiente cifra “1.0”. Desde entonces, se especuló mucho con lo que podía significar aquel tatuaje. Algunos decían que había gafado a su equipo con aquella pintada, otros presagiaban que era lo que el jugador hubiera deseado.
Con el paso del tiempo, se descubrió lo que escondía aquel dibujo. Fue Mijatovic, el autor del gol, quién sacó a la luz aquel misterio. El paso de ambos protagonistas por la Fiorentina, floreció en una buena amistad y Di Livio le confesó el verdadero motivo.
Cada jugador de la Juventus tenía una prima de un millón de liras (moneda italiana antes del euro) por si ganaban el título. El lateral se apuntó esa cifra, “1.0”, para recordarla en los momentos de flaqueza durante la disputa del partido. Una motivación extra que no le salió muy bien.
Peruzzi, fotógrafo de Mijatovic y Suker
Las fotografías son el recuerdo de grandes momentos vividos. Las finales son ocasiones especiales para realizarlo y en ese momento no existían los selfies. La familia y los amigos también querían formar parte de la euforia en la que vivía el Real Madrid y un amigo de Suker, se acabó colando en el vestuario.
El conocido, quería hacerse una instantánea con su amigo y Mijatovic. Aunque el amigo llevara su cámara alguien debía hacerles la foto. Pero no encontraron a nadie, nada más que Peruzzi, el portero de la Juventus. Momento en el que se aprovechó para pedirle que lanzara la foto. En situaciones habituales y tras la derrota, se hubiera dado un no por respuesta, pero el guardameta decidió hacerla ante dos de los jugadores que le acababan de arrebatar la Champions.
El Champán a costa de la Juventus
Las esperanzas blancas eran tan reducidas, que nadie había planeado festejarlo con mucha ornamentación. Por no tener, no tenían ni champán. Se mojaban y gritaban, entre unos y otros, únicamente con botellas de agua. Momento en el que un miembro del staff de la Juventus, decidió proporcionarles el champán. Al no utilizarlo ellos, en caso de haber ganado, se lo regalaron al Real Madrid. El champán de la Séptima lo pagó el derrotado de aquella noche.
Jugadores fuera de la cena
La emoción y sorpresa fue de tal calibre que en el Real Madrid no había nada previsto. No pensaron ni en la cena de celebración post-partido. Buscando un restaurante dónde poder reponer fuerzas y celebrar el triunfo, se les quedó pequeño para todos los invitados.
Algunos jugadores hasta se quedaron fuera del convite. Mijatovic o Suker, fueron algunos de los perjudicados. Aunque les importó poco ya que habían conseguido lo inimaginable. Habían hecho historia devolviendo al equipo, al camino de la senda de la victoria. En la competición estrella del conjunto de Chamartín.