Pablo García fue un futbolista uruguayo que jugó solo una temporada en el Real Madrid (2005-2006). Se desempeñaba como centrocampista, e inició su andadura en el fútbol profesional con tan solo 16 años, en el Montevideo Wanderers. Tras tres años muy buenos en su país, dio el salto a Europa en 1999 y fichó por el Atlético de Madrid. Solo estuvo un año en el club madrileño, y a la temporada siguiente se marchó a Italia, donde jugó una campaña en el Milan y otra en el Venezia.
Tras su paso por la Serie A volvió a España y recaló en las filas del Osasuna. En el conjunto navarro fue donde verdaderamente destacó en Europa. Estuvo tres temporadas (2002-2005), donde disputó 79 partidos y marcó seis goles. Tras tres años muy buenos en Pamplona, fichó por el Real Madrid en el año 2005, tras la reciente salida de Luís Figo. En el conjunto blanco apenas tuvo detalles de calidad. Solo jugó 26 partidos, en los que no consiguió marcar ningún gol ni da ninguna asistencia, y en 2006 terminó marchándose de Chamartín.
Estuvo dos años cedidos en el Celta de Vigo y en el Murcia, pero en ninguno de los dos equipos consiguió brillar para volver a jugar en el Santiago Bernabéu con la camiseta madridista. En 2008 acabó marchándose al PAOK griego, donde estuvo hasta el 2014. Y, finalmente, se retiró ese mismo año en el Skoda Xanthi, también de la Liga griega. En total, fueron 18 años de carrera (1996-2014).
¿Qué hizo tras su retirada?
En sus casi 20 años como futbolista, Pablo García transcurrió por un total de diez clubes, cosechando sus más importantes éxitos en territorio griego con el PAOK de Salónica, donde es uno de los jugadores más queridos de su historia. Para homenajearlo, los hinchas del club bautizaron con el nombre de "Pablo García" a la calle donde se encuentra la sede de los seguidores del PAOK.
Tras colgar las botas en 2014, Pablo García siguió ligado al fútbol como entrenador en Grecia. Estuvo cuatro temporadas entrenando al equipo sub-19 del PAOK (2016-2020), donde ganó 71 de los 85 partidos que se sentó en el banquillo. Gracias a su brillante trayectoria por las inferiores, cogió el mando del primer equipo en el verano de 2020, pero solo duraría una temporada.
Dirigió al PAOK en 42 partidos durante aquel curso, que le sirvieron para ganar la Copa de Grecia ante el gigante del fútbol griego: el Olympiacos, club en el que, precisamente, ha ido a parar Marcelo tras haber puesto fin a su brillante etapa en el Real Madrid.