“El Chiringuito” es uno de los programas deportivos más vistos por su contenido ofrecido además de la variedad en su forma. Algo que nos ha llamado mucho la atención, es como Josep Pedrerol es capaz de conectar a la audiencia con los propios trabajadores que aparecen las noches de los domingos a jueves.
Parece que el concepto de familia se ha establecido en el espacio televisivo como algo normal. El equipo del periodista catalán se ha colado en nuestras casas en más de una ocasión. Los conocemos prácticamente a todos y nos han sorprendido cada uno en su estilo. La pluralidad de periodistas que aparecen, el criterio con el que cuenta las cosas es completamente proporcional a que todo salga cada vez mejor. El gancho que supone eso provoca que cada vez tengamos más ganas de consumir su contenido y eso implica estar permanente conectados como ya lo estamos a todas horas.
Desde no hace mucho los podemos seguir en redes y otras plataformas distintas. Cada día nos encontramos una cara nueva y eso hace que tengamos más noción sobre ellos. Parece que las redes sociales y la tecnología han provocado, tanto el fútbol moderno como en los medios de comunicación, un cambio de perspectiva al entender y apreciar más todo este ámbito.
Conociendo a Diego Plaza
El último que parece haber salido de su caparazón con un curioso juego en el que se demuestra su versión de la realidad, hemos conocido a Diego Plaza. Este periodista andaluz, de la provincia de Almería, es uno de los grandes expertos que posee el programa en cuestión de fútbol internacional.
Un gran apasionado de las ligas extranjeras que ha sido capaz de apropiarse de un estilo propio y una marca personal. Tiene mucho criterio y sabe muy bien de lo que habla. Ahora bien, sometido al detector de mentiras, parece que la cosa le delata (este no es para nada fiable: su función es más bien nula). Le hacen hasta seis preguntas diferentes y la máquina de la verdad se las corrige todas. Pero no se crean nada de lo que parece. Hasta el robot le dice que su nombre de pila no es ni el correcto.
Diego Plaza Casals, así es como reconoce llamarse, también es tentado a responder una de las preguntas más golosas. Entre compañeros parece que ha salido un topo que quiere apropiarse de su puesto, aunque él responda que eso no sea cierto. Pero su criterio se ajusta tanto a la realidad que ni el nombre de un futbolista o la forma de jugar que tiene, sería capaz de inventárselo. Un chico humilde, que pretende pasar desapercibido sin alardear de nada ni de su propio trabajo, cuando le preguntan sobre si es el mejor en lo que hace: analizar fútbol internacional.
Está tan comprometido con sus colores de “El Chiringuito”, que no vería ni con buenos ojos que un compañero suyo como José Álvarez le amenazara el puesto en la conocida Liga de Medios. Parece que el periodista está muy cómodo con lo que hace. No le gusta mentir, ni dar pie a malas conductas y siente que Josep Pedrerol es el mejor jefe que podría tener. En 12 años de profesión, parece ser que no han tenido muchas broncas. Así descubríamos un poco más a este joven periodista.
"El Chiringuito" es conocido en todas partes
Parece que el concepto de familia se ha establecido en el espacio televisivo como algo normal. El equipo del periodista catalán se ha colado en nuestras casas en más de una ocasión. Los conocemos prácticamente a todos y nos han sorprendido cada uno en su estilo.
La pluralidad de periodistas que aparecen, el criterio con el que cuenta las cosas es completamente proporcional a que todo salga cada vez mejor. El gancho que supone eso provoca que cada vez tengamos más ganas de consumir su contenido y eso implica estar permanente conectados como ya lo estamos a todas horas.
Desde no hace mucho los podemos seguir en redes y otras plataformas distintas. Cada día nos encontramos una cara nueva y eso hace que tengamos más noción sobre ellos. Parece que las redes sociales y la tecnología han provocado, tanto el fútbol moderno como en los medios de comunicación, un cambio de perspectiva al entender y apreciar más todo este ámbito.