Pep Guardiola volvió a mirar hacia Barcelona. El técnico del Manchester City quiso llevarse este verano a Raphinha, una de las piezas más valiosas del equipo azulgrana. El brasileño, sin embargo, no se movió. Hansi Flick fue tajante: “Es intransferible”.
Durante el mercado estival, el City tanteó al entorno del jugador. Guardiola lo considera perfecto para su sistema: velocidad, desborde y una presión constante tras pérdida. El técnico catalán pensaba en él para reforzar una banda que perdió profundidad con las lesiones de Bernardo Silva y la irregularidad de Doku o Savinho, unida a la salida de Grealish en forma de cesión al Everton.

Fuentes del club inglés confirman que hubo un contacto directo. Pero la respuesta del Barça fue clara: “Raphinha no se toca”. Ni Joan Laporta ni Deco quisieron escuchar ofertas, por muy jugosas que fueran.
Flick cerró la puerta
Hansi Flick fue quien más presionó para mantenerlo. Desde su llegada al banquillo, el alemán ha encontrado en Raphinha un jugador clave para su idea de juego. Le gusta su compromiso defensivo y su capacidad para abrir el campo.
En el vestuario también pesa su liderazgo. Sin grandes gestos ni polémicas, el brasileño se ha ganado el respeto de todos. Flick lo ve como un ejemplo para los más jóvenes, incluidos Lamine Yamal o Fermín.
Raphinha, en su mejor momento
A sus 28 años, Raphinha atraviesa una de las mejores etapas de su carrera. Ha mejorado en regularidad y en cifras goleadoras. En el club destacan su madurez y su impacto en los grandes partidos.

El brasileño, además, acaba de ser quinto en el Balón de Oro, una muestra del nivel que está alcanzando. En el Barça lo consideran pieza esencial en la reconstrucción del equipo.
En Inglaterra aseguran que Guardiola no insistirá este curso, aunque no descarta volver a la carga en el futuro. El City sigue necesitando un extremo con la energía y el desequilibrio del ex del Leeds.
En Barcelona, la operación se vivió como una “traición amistosa”. Guardiola quiso pescar en su antigua casa, pero Flick lo dejó claro: mientras él esté al mando, Raphinha no se vende.