La vuelta del FC Barcelona al Spotify Camp Nou no está tan clara como parece. El club azulgrana tiene el objetivo de volver la próxima semana a jugar en su estadio, pero no lo tiene del todo fácil. Sería otro ridículo de Joan Laporta y su junta directiva.
En estos momentos, la entidad azulgrana está acelerando los trámites para conseguir la licencia 1B del Ayuntamiento antes del 22 de noviembre, día en el que el Barça se enfrenta ante el Athletic Club de Bilbao. La idea que tienen en la ciudad condal es que el aforo esté en torno a 45.000 espectadores.

Gente del Ayuntamiento sostiene que durante los próximos días se van a tener en cuenta la documentación que ha aportado el club y se van a realizar una serie de inspecciones de rigor a través de la Entidad de Control Ambiental (ECA). Todo ello con el objetivo de garantizar ciertos requisitos de seguridad.
Esta licencia es indispensable para el Barça porque ahora mismo, conj la fase 1A, el Barça solo puede abrir la Tribuna y el Gol Sur con un aforo muy reducido, mientras que la 1B añade el lateral, lo cual aumentaría considerablemente la capacidad del estadio.
Se contempla un retraso
Joan Laporta cree que un retraso en las obras entra dentro de los esquemas y es que si no pueden jugar el 22 de noviembre, la idea sería hacerlo el 29, día en el que los pupilos de Hansi Flick se enfrentarán al Alavés, de modo que aprovecharían la celebración del aniversario número 126 de la institución.
Por tanto, habrá que ver si la presión que está ejerciendo el Barça tiene éxitos o, por el contrario, vuelve a ser otro fracaso del presidente y de su gente más cercana. Es un asunto delicado y que está enfadando a muchos culés. No es para menos, puesto que tienen motivos para sentirse engañados.

Es en este tipo de temas donde los madridistas pueden sentirse unos privilegiados por la manera en la que funciona su equipo. La diferencia entre Florentino y Laporta es abismal.