Lo que parecía una historia menor ha terminado convirtiéndose en un auténtico terremoto dentro del baloncesto europeo. Uros Nikolic, árbitro de la Euroliga y con larga trayectoria en el arbitraje internacional, ha sido detenido en Serbia tras una operación policial de gran escala. Pero lo que más ha llamado la atención no ha sido solo el dinero que encontraron en su vivienda, sino un detalle que ha hecho levantar más de una ceja: un llavero del FC Barcelona.
Sí, como se lee. Entre las pertenencias del colegiado, la policía descubrió 250.000 euros en efectivo y las llaves de su casa con un llavero del club azulgrana. En cualquier contexto, podría parecer una simple anécdota. Pero tratándose de un árbitro que ha dirigido al Barça en la Euroliga, la cosa cambia.
EuroLeague referee Uros Nikolic was arrested after local police found €250,000 in his apartment😳#basketballmaniacs #basketball #nikolic #euroleague #fenerbahce #olympiacosbc #real #paobc #hapoel pic.twitter.com/fQktpyi2LE
— Basketballmaniacs_ (@bballmaniacs_) October 23, 2025
Un escándalo que sacude la Euroliga
Nikolic no es precisamente un recién llegado. Ha estado presente en partidos de enorme importancia, incluyendo varias Final Four, y su nombre era uno de los habituales en las grandes citas. De hecho, dirigió duelos como el Barça–Anadolu Efes de 2021 y el Panathinaikos–Real Madrid de la pasada edición en Berlín.
Por eso el asunto ha generado tanto revuelo. El hallazgo del dinero y ese pequeño objeto con el escudo culé han despertado todo tipo de comentarios en el mundillo del baloncesto. Nadie se explica cómo un árbitro de máximo nivel puede exhibir símbolos de un club participante en la misma competición. “Es un detalle que deja mal sabor de boca. Un árbitro no puede mostrar afinidades, ni siquiera por descuido”, comentan voces del entorno de la Euroliga.

Silencio oficial y muchas preguntas
Por ahora, nadie de la Euroliga ha querido pronunciarse. Tampoco se sabe cuál será el futuro de Nikolic, aunque su carrera parece complicarse seriamente. En Serbia, la investigación continúa abierta, y los medios locales apuntan a posibles vínculos con grupos criminales.
Más allá de lo judicial, el escándalo deja tocada la credibilidad del arbitraje europeo. Y el llavero, ese pequeño objeto que probablemente Nikolic consideraba inofensivo, se ha convertido en símbolo de algo mucho más grande: la falta de cuidado y transparencia en un estamento que debería ser intocable.
Un simple detalle que, esta vez, lo ha cambiado todo.