La cuenta pendiente que le quedó a Redondo tras ganarlo todo con el Real Madrid

Su papel con la selección estuvo muy lejos de su trayectoria en comparación con los clubes que pasó

11 de Julio de 2022
Fernando Redondo, vistiendo la elástica blanca
Fernando Redondo, vistiendo la elástica blanca

Uno de los mejores mediocentros de la historia blanca ha sido sin duda Fernando Redondo. El argentino vivió en una de las más gloriosas etapas y siempre se le recordará por su buena función en el mediocentro.

Lo tenía todo: creativo, recuperador, pasador o el recurso que pudiera sacar para formar una jugada de ataque. Seis años vestido como madridista para dar una clase de lo que trataba el buen fútbol. Su etapa más laureada como futbolista la tuvo viviendo en el Bernabéu ganando hasta: 2 Ligas, 2 Copas de Europa y 1 Intercontinental.

Fernando Redondo, un futbolista de talla mundial
 

El varias veces nominado a Balón de Oro, tiene seguramente muchas cosas que contar, pero si hay algo que a todos los madridistas nos gustaría saber son sus cuentas pendientes. Es difícil asimilar que un deportista como él, pudiera tener alguna, más sabiendo que ha jugado en el club más grande del mundo.

Cuando terminó en Madrid, vivió otros cuatro años en Milán para terminar su carrera a los 34 años. Antes lo había hecho en Boca Juniors y Tenerife. Fue el jugador más emblemático de todos. Si el Real Madrid jugaba bien o mal era por él. Un auténtico termómetro a tener en cuenta. De él dependía la tarde de fútbol que podía pasar el equipo.

Fernando Redondo dando indicaciones al equipo en un encuentro
Fernando Redondo dando indicaciones al equipo en un encuentro

Lo daba todo sobre el verde. Un guardián de su propio fútbol. Una personalidad única para dirigir la batuta del centro del campo. Como jugador merengue necesitas un talento especial para convivir con verdaderas estrellas. Él era una más. La personalidad de estas siempre suele ser algo extraña y dispar al resto de mortales.

Por ello, siempre que le han preguntado por su carrera, siempre ha acabado contestando lo miso: jugar más con su país. El perfil de un mediocentro insaciable. De haber jugado en estos tiempos que estamos viviendo, posiblemente hubiera alargado mucho más su carrera. Incluso todavía ahora estaría para jugar.

Demasiado castigo para Fernando Redondo
 

Un escudero de lujo para cualquiera. El maestro del balón, que daba sus clases únicamente en las grandes noches. Esa melena rubia inconfundible por la que más de uno se giraba a preguntar quién era, a su paso.

Pero los gajes del oficio, le obligaron a dejar su país, su tierra natal y su casa muy joven. Trece años de una carrera deportiva, jugando en un país que no es el suyo.

Fernando Redondo dirigiendo el centro del campo blanco
Fernando Redondo dirigiendo el centro del campo blanco

Aunque mereció la pena. Su fútbol enamoraba a cualquiera menos a los argentinos. Es lo que suelen decir, en cara del herrero cuchillo de palo. Nadie entendió nunca el motivo por el que no tuvo la ocasión de triunfar en la albiceleste. Hubiera sido un fuera de serie, pero a excepción de un entrenado, ninguno contó con él.

En su trayectoria deportiva tan solo fue seleccionado 28 veces., anotando un gol como mérito a su trayectoria. El entrenador que pudo disfrutar de él fue Alfio Basile. Con 23 años y 12 días debutada y desbloqueaba así, un recuerdo más a su carrera. En total fueron 4 competiciones las que disputó, más allá de los partidos amistosos. Precisamente, dónde tuvo más presencia.

Datos sonrojantes para un jugador de su calidad 
 

Diez amistosos, ocho clasificatorios para el Mundial, Cinco para la Copa América, cuatro de Mundial, y dos de la Copa Confederaciones. El Mundial que disputó fue el de Estados Unidos, en 1994. Su combinado quedó en la lona en el duelo de octavos de final ante Rumania.

Siempre partiendo como titular, dejó el listón muy alto. Habría que preguntarle a la AFA, la Asociación de Fútbol Argentino, el motivo por el que no disfrutó más veces con esa elástica.

Redondo ordenando el centro del campo blanco
Redondo ordenando el centro del campo blanco

Pero si hay algo que sorprende todavía más es que en su etapa como madridista, es cuando más sufrió esta especie de maldición. Dejándole de lado en su paso por el club, todo el mundo le debió tener envidia.

En su tierra, nadie vio con buenos ojos que se fuera a un club tan grande como el de Chamartín. Aunque antes que él, pasaron muchos otros argentinos por el club: Di Stéfano, Valdano, Ruggeri o Esnaider. ¿Por qué tanto castigo para uno de los mejores centrocampistas de la historia?

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