El Real Madrid cerró su victoria ante la Juventus con una imagen curiosa. Nada de tensión ni polémica, sino una de esas escenas de vestuario que muestran el buen ambiente del grupo.
Justo tras el pitido final, Vinicius Jr y Lunin se acercaron a Federico Valverde con una mezcla de sorpresa y diversión. El brasileño no se lo pensó: “¡Tira, Fede, tira!”, le gritaba entre risas, mientras el portero ucraniano asentía de fondo.
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La jugada que lo desató todo
La escena tenía explicación. En la última jugada del encuentro, Valverde recibió el balón en la frontal del área, en una posición ideal para uno de sus famosos cañonazos. El Bernabéu incluso se preparaba para corear el disparo.
Pero Fede, en lugar de pegarle, decidió ceder el balón a Gonzalo, que acabó forzando un córner que finalmente no se ejecutó debido al pitido final. Vinicius no entendía nada. “Con la pierna que tienes, ¿cómo no tiras?”, le repetía el brasileño, entre gestos y carcajadas.
Fede Valverde, my head is still boiling pic.twitter.com/rTr8qQMmPE
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La situación, lejos de generar tensión, se convirtió en motivo de broma general. Varios jugadores del Madrid se unieron a las risas, sabiendo que el uruguayo es uno de los que más goles ha marcado desde media distancia en los últimos años.
Buen rollo en el vestuario
Después del partido, la escena se comentó en el túnel de vestuarios. Lunin también quiso sumarse al pique amistoso: “La próxima vez, no te lo pienses, Fede”, le soltó con una sonrisa. Valverde, fiel a su carácter tranquilo, respondió con humor: “La próxima va para adentro”.

Xabi Alonso también presenció el momento desde lejos, con gesto cómplice. El técnico valora mucho el papel de Fede, tanto en defensa como en ataque, y sabe que ese tipo de bromas solo reflejan unión en el grupo.
La afición madridista, por su parte, espera que el próximo día Fede no dude en soltar uno de esos misiles que tantas alegrías han dado al Bernabéu. Porque si algo tiene claro el madridismo, es que cuando Valverde apunta… el estadio se levanta.
Una bronca sana, de las que hacen vestuario. Y de las que confirman que, en este Madrid, hasta las risas suenan a victoria.