Arda Güler ha querido zanjar un debate que se ha repetido en los últimos meses. El del Real Madrid fue preguntado por la comparación constante con Lamine Yamal, la perla del FC Barcelona, y su respuesta no dejó lugar a dudas.
“Lamine y yo no jugamos en la misma posición. Nuestros estilos son diferentes, no sería correcto compararlo. Él está en el Barcelona y yo en el Real Madrid. Le deseo lo mejor para mañana”, aseguró el turco en la previa del partido de su selección.
🗣️ Arda Güler: "Lamine Yamal y yo no jugamos en la misma posición, nuestros estilos son diferentes, no sería correcto compararlo. El juega en el Barcelona y yo en el Real Madrid, le deseo lo mejor para mañana." 👏🏻 pic.twitter.com/LajiV3a0iD
— REAL MADRID FANS 🤍 (@AdriRM33) September 6, 2025
Dos talentos con caminos distintos
El debate entre Arda y Lamine ha estado marcado por la rivalidad entre Madrid y Barça. Sin embargo, las características de ambos los convierten en perfiles muy distintos.
Lamine Yamal es un extremo puro. Su fútbol se basa en el desborde, la velocidad y el regate. Encarar rivales es su sello, siempre con la portería en mente.
Arda Güler, en cambio, comenzó como extremo diestro, pero nunca fue tan vertical. Su tendencia era meterse por dentro, asociarse y buscar pases filtrados. Más cerebral que explosivo, menos regateador pero con visión privilegiada y sin olvidar su gran finalización.

El papel de Xabi Alonso en su evolución
Xabi Alonso ha sabido interpretar estas cualidades desde el inicio. Por eso ha decidido utilizar a Güler en posiciones más centradas, alejadas del rol clásico de extremo.
En muchos partidos ha actuado como mediapunta, siendo el encargado de poner los tiempos y romper líneas con su pase. Su lectura de juego lo convierte en un recurso clave en la zona de creación.
En otras ocasiones, el técnico lo ha retrasado todavía más. Arda también ha jugado como mediocentro posicional, llevando el peso de la salida de balón, siempre respaldado por un pivote defensivo que le da libertad para organizar.

Arda pide respeto a las comparaciones
El turco está convencido de que las comparaciones no hacen justicia a ninguno. “Lamine es un grandísimo jugador, pero somos diferentes. No sería justo medirnos de la misma forma”, insistió.
Arda, a sus 20 años, se encuentra en pleno crecimiento. Lamine, con apenas 18, también vive un momento dulce. Cada uno con su estilo, ambos representan el futuro del Clásico.
El debate parece no tener fin en la grada ni en la prensa, pero el propio Arda ya lo ha dejado claro: no hay comparación posible.