El partido del FC.Barcelona en Getafe era como una tarde de domingo: aburrida, pesada e incómoda. Los culés se iban de vacío en un duelo tosco y sin apenas ideas o emoción.
La ausencia de los titulares a causa de las lesiones ha condenado a este equipo a un fútbol de lo más mediocre y demuestran, una vez más, como estos ya no pueden tirar ni del fondo de armario.
No les daba ni para jugar frente a un equipo de media tabla. Estos seguirán quejándose y luciendo que el equipo está a once puntos, pero tal y como ya se anticipó ayer Courtois, estos solo juegan de sábado a sábado, mientras el madridismo pelea por dos títulos más que los culés.
El preocupante estado del FC.Barcelona
Que el Barça viera portería hoy, se pagaba muy caro. Los aficionados, conscientes de ello, lo veían venir y solo hacía falta ver sus caras de frustración. De hecho, en “El Chiringuito” culés como Jota Jordi o el Lobo se desesperaban ante la incapacidad de los suyos.
Ni rastro de magia o eficacia. Con un Gavi ausente por esa tarjeta amarilla desde el primer minuto, la creación táctica era imposible. El tertuliano catalán, Jota, insistía con que la idea de jugar con este ritmo, no les llevaría a ninguna parte. Así les ha ido un año más.
El pupilo de Pedrerol rajaba de todos ellos y prácticamente no dejaba ni títere con cabeza. Empezaba con Koundé, seguía con Raphinha y terminaba con Kessié. Esta era la columna vertebral titular del equipo de Xavi. Un Barça auténticamente irreconocible y desesperado por reconstruirse y encontrar su sitio.
La preocupación en Can Barça es real
Que el propio aficionado o socio se aventure a realizar tal crítica, es del todo preocupante y es que ya hace tiempo que ese vestuario no carbura lo suficiente. El Real Madrid posiblemente haya dejado escapar una de las ligas más mediocres culés, pero con Negreira de por medio, todo se entiende.
Veremos qué tal les va de aquí a final de temporada. Remontar esos doce puntos es un reto complicado ya, pero el listón está muy bajo. Jota Jordi mencionaba el bajo rendimiento tras el Mundial de Qatar, momento en el que muchos jugadores se borraron prácticamente de la temporada.
En Chamartín, la cosa fue del todo diferente. A pesar que también se notó dicho bajón, el conocido método Pintus lo cambió todo. Las diferencias entre los dos grandes es abismal.