Pep Guardiola ha cerrado la puerta a que Savinho abandone el Manchester City este verano. El interés del Tottenham por el extremo brasileño queda frustrado.
El Tottenham había ofrecido 70 millones de euros por Savinho. Una cifra importante, pero insuficiente para convencer a Guardiola. El técnico considera al brasileño clave para su proyecto y no quiere negociaciones.
El efecto sobre Rodrygo Goes
La decisión de Guardiola tiene consecuencias directas para el mercado. Si Savinho no sale, el City tendrá menos margen para invertir en nuevos fichajes. Entre ellos, Rodrygo Goes.

El Real Madrid habría fijado 100 millones de euros por Rodrygo. Con Savinho fuera del mercado, la operación se complica. Guardiola prioriza mantener a sus jugadores y, por ahora, cierra la puerta a cualquier incorporación que dependa de esa venta.
Savinho destacó la temporada pasada en el City. Completó un promedio de 0,5 asistencias y 2,3 ocasiones creadas por 90 minutos. Además, sus 2,7 regates por partido lo convirtieron en uno de los extremos más incisivos de la Premier League.
El técnico catalán ha elogiado al jugador por su “capacidad increíble” para enfrentarse a los defensores y generar peligro constante. Su permanencia deja al Tottenham sin la chispa que buscaban en la banda derecha.
Alternativas para los Spurs
Tras perder a Savinho, el Tottenham deberá explorar otras opciones. Uno de los objetivos podría ser Takefusa Kubo, jugador de la Real Sociedad. El internacional japonés aporta regate, ritmo y creatividad, características que el club londinense necesita.

Kubo, de 24 años, registró siete goles y cuatro asistencias la temporada pasada en 52 partidos. Su capacidad para romper líneas y adaptarse a distintos roles lo convierte en un sustituto ideal para suplir la baja de Savinho.
Por ahora, Rodrygo y el Real Madrid siguen en una situación de espera. La operación con el City depende de la venta de Savinho, que Guardiola ha bloqueado de manera tajante.
El verano sigue caliente en el mercado europeo. Mientras los clubes buscan alternativas, Pep Guardiola mantiene firme su postura: nadie sale sin su aprobación y el City prioriza su estabilidad deportiva.