Endrick va a salir cedido al Olympique de Lyon. No es sorpresa, puesto que desde hace semanas se sabía que el brasileño buscaba un destino que le facilitase minutos de juego. Solo faltan unos flecos para que todo sea oficial.
El delantero no ha tenido suerte en este arranque de temporada. Su lesión de pretemporada le dejó fuera del Mundial de Clubes. Y cuando regresó, la competencia era feroz. Mbappé está intratable y Gonzalo, el canterano, se ganó su sitio. Endrick apenas ha jugado unos minutos. Eso no le vale, necesita rodaje y confianza para convencer a Ancelotti de que debe estar en el Mundial de 2026 con Brasil.
Lyon, el destino perfecto
El brasileño tenía claro qué quería: un equipo competitivo, con ambición y que juegue en Europa. Lyon le ofreció eso. Además, su proyecto deportivo le sedujo. Por eso aceptó la cesión con entusiasmo. Su entorno ya busca casa en la ciudad para que no pierda tiempo en hoteles.

El Lyon atraviesa una fase irregular en la Ligue 1. Es séptimo, a cinco puntos de los puestos de Champions, y ha perdido gol tras la marcha de Mikautadze. Endrick llega justo donde se le necesita: aportar frescura, velocidad y goles. Paulo Fonseca confía en él para dar ese salto de calidad que le falta al equipo.
La cesión que todos esperaban
El préstamo irá hasta junio. No hay opción de compra. El Real Madrid mantiene el control y quiere asegurarse de que Endrick crezca jugando de verdad. Este movimiento no es un adiós, es una oportunidad.

Endrick llega a Lyon con hambre de minutos y ganas de demostrar que puede brillar en Europa. En el Bernabéu lo esperan. Cuando vuelva, la idea es que llegue más completo, más seguro y listo para pelear por un sitio en el primer equipo.
Esta cesión es clave. Para él y para el Madrid. Un paso necesario para que un talento con tanta proyección no se quede parado.