Lo que parecía ser hace unos meses el fichaje más caro del verano, rápido se ha desvanecido con el tiempo. En unos meses en el que los precios andan completamente locos, se necesita de análisis y posteridad para calibrar si un fichaje ha sido bueno o rentable para el equipo en cuestión.
El verano empezó con grandes culebrones, pero si algo claro tenía el club blanco es que no podía permitir rendirse en la adversidad. Un club histórico con 120 años de historia, debe ser capaz e independiente para tener por seguro que no hay ningún jugador por encima del club.
Las intenciones de Florentino siempre fueron claras
Con esta premisa establecida, cabe destacar entonces que Florentino una vez más, ha salido vencedor en esta particular lucha por conseguir a los mejores.
Dio en el clavo la campaña anterior con Camavinga o Alaba y esta parece que repite triunfo con Tchouameni y Rüdiger. Van viniendo de dos en dos y mientras el gotero siga presagiando buenas sensaciones en el equipo, no hay nada de qué preocuparse. Este conjunto sigue muy vivo, sino que se lo digan a Carlo Ancelotti.
Del que de todos hablaban como uno de los mejores pivotes del momento, por fin juega en el Real Madrid. Aurelien es ese chico de 22 años que su sueño era jugar de blanco.
El club pagó cerca de los 80 kilos más las primas aparte. En una pelea en la que pujaron otros colosos europeos, fue fundamental la percepción del jugador para decidirse por la entidad merengue.
El mercado se ha vuelto loco con unos precios de escándalo
Hasta prácticamente el último día de mercado, su prestigio fue el de ser la incorporación más cara de esta ventana. Aunque los millones de la Premier le tumbaron ese privilegio.
Primero Fofana, otro de esos pivotes tan interesantes que cambió Leicester por Chelsea a cambio de 90 kilos y luego Anthony que fichó por el United, procedente del Ajax por una cifra de 95 millones.
Algo inédito ya que hacía tiempo que no se veían unos traspasos de esas cantidades. Pero todo el lujo que pueden tener estas operaciones, también se agotan con la presión que se le otorga al mismo jugador.
Este tiene la responsabilidad moral de haber sido uno de los fichajes más caros y por ello, el rendimiento se traduce a inmediato. De no ser así la propia hinchada local podría crucificar al jugador. De modo que ser la operación más cara no te asegura nada bueno.
Tchouameni juega sin presión en el Real Madrid
De esta forma, Tchouameni ya se ha podido desabrochar el cinturón y jugar como él sabe. Además, con la salida de Casemiro, el técnico italiano le ha otorgado numerosos minutos y ya es prácticamente titular indiscutible. De ahí también la insistencia del entrenador para cerrar su incorporación.
Con el pivote francés, el club se asegura años de lucidez en la medular, acompañado de otros grandísimos compañeros. La cantidad que se pagó por él, parece que va a salir barata.
Una auténtica ganga. La parroquia merengue no ha tenido ni que armarse de paciencia para descubrirlo qué sería capaz de hacer el joven. El madridismo ya sueña con un jugador de plenas garantías y adaptado a las necesidades del club.