El nombre que más sonó anoche en el palco de Anfield no fue ni Konaté ni Mac Allister. Fue Hugo Ekitiké, el delantero francés del Liverpool que dejó a todos con la boca abierta. Su actuación ante el Real Madrid fue brillante. Participativo, inteligente y con una movilidad que descolocó por completo a la defensa blanca.
Ekitiké fue una pesadilla para Huijsen y Militao. No se quedaba quieto. Bajaba a recibir, se abría a banda, combinaba y arrastraba marcas. Era indetectable. En cada acción daba la sensación de tener algo diferente. Su lectura del juego sorprendió incluso a Xabi Alonso, que lo mencionó en rueda de prensa como “uno de los jugadores más difíciles de controlar”.
Un estilo que recuerda a Benzema
No solo por su juego, también por sus gestos y movimientos, Ekitiké recuerda mucho a Karim Benzema. No es un ‘9’ clásico. No vive del gol, sino de hacer jugar a los demás. Tiene técnica, pausa y esa capacidad de decidir cuándo tocar o encarar.

El propio jugador lo reconoció en la previa del partido. “¿Mi delantero favorito de pequeño? Karim Benzema. El mejor delantero de la historia”, confesó ante los micrófonos con una sonrisa. Una declaración que, curiosamente, no pasó desapercibida en la zona noble del Bernabéu.
Florentino, muy atento
En el palco, Florentino Pérez tomó nota. Al presidente del Real Madrid le encantan los jugadores con alma, talento y ese toque diferencial. Y Ekitiké lo tiene. No es casualidad que los ojeadores blancos ya lo siguieran en su etapa en el Eintracht de Frankfurt, donde se consolidó como una de las promesas más completas de Europa.
Su fichaje, sin embargo, no será nada sencillo. El Liverpool lo incorporó este verano por 91,5 millones de euros, procedente del club alemán. Tiene contrato largo y los ‘reds’ lo consideran pieza clave de su proyecto.

Aun así, en el Real Madrid nadie lo pierde de vista. Gustó su mentalidad, su forma de competir y esa madurez impropia de su edad. Florentino ya lo tiene apuntado en su libreta. Quizá no para ahora, pero sí para un futuro no tan lejano. Porque cuando un jugador enamora al Bernabéu… algo empieza a moverse.