La madre de Antonio Rüdiger le rompió el corazón: el día que decidió ser futbolista

En un determinado momento de su infancia, el jugador del Real Madrid Antonio Rüdiger era extremadamente pobre

08 de Octubre de 2022
Antonio Rudiger
Antonio Rudiger

Antonio Rüdiger, jugador del Real Madrid vino cedido del Chelsea a inicios del verano para formar parte de las filas del equipo blanco. Un fichaje que mantenía a presidente y entrenador del club muy ilusionados, confiando en la destreza y experiencia del jugador, para formar parte del Real Madrid y regalar al equipo grandes momentos de gloria.

Después de su larga trayectoria en el Chelsea, a donde llegó en el verano de 2017 procedente de la Roma, Antonio Rüdiger venía dispuesto a darlo todo en uno de los mejores clubs de Europa. 

Ahora llevando casi cuatro meses en el Real Madrid, se rumorea que se siente un poco descontento puesto que ocupa un papel bastante secundario dentro del equipo, ya que la mayoría de partidos tiene que observarlos desde el banquillo y únicamente se encarga de suplir a los jugadores que están por encima de él, obteniendo de esta manera muy pocos minutos en los que poder demostrar su potencial como jugador en el césped.

Una infancia triste y humilde 

Algo que evidentemente desesperaría a cualquiera y más a un jugador con ganas de darlo todo y que como nos cuenta en su infancia tuvo muchos problemas, sobre todo económicos y ha luchado mucho para poder llegar hasta donde está.

Antonio Rüdiger nos cuenta que en su infancia estuvo marcada por la pobreza, para él y su familia ser rico era poder comer y beber ese día. Teniendo pollo en la mesa era un día que celebrar, no había dinero ni para las excursiones del colegio. El defensa confiesa un día en el que su madre le rompió el corazón:

 "Mi infancia estuvo marcada por la pobreza. Ser rico era tener comida, y algo que beber. Si en la mesa había pollo, eras rico por ese día. No tenía dinero para la excursiones del colegio.

Un día le pedí dinero a mi madre para un viaje escolar, algunos euros, pero no me dio nada. Recuerdo que lo que me hirió no fue me haya dicho que no, sino su cara, me rompió el corazón que ella me quería dar el dinero, pero no podía. Ahí me dije a mi mismo: 'Debes ser un hombre ahora'. Tenía 8 años. Aunque algunos fuera del barrio puedan pensar que exagero, hay otros chicos que tienen que comenzar la vida a los 6 o antes".

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