Iker Casillas es uno de los mejores porteros que ha dado la historia del fútbol y del Real Madrid. Sus años como guardameta blanco fueron una auténtica maravilla. Era un seguro de vida, un cerrojo para todos sus compañeros y un muro para todos sus rivales.
Era capaz de desquiciar a quién fuera con una o dos paradas por partido. Parecía que la pelota no quisiera entrar, pero eso solo era porque estaba Iker bajo palos. En el Mundial de 2010, su máxima explosión como guardameta a los ojos de todo el mundo, fue uno de los auténticos artífices para hacer a España campeona del mundo.
En Sudáfrica sacó entonces todo su repertorio y fue capaz de hacer paradas para la historia. Volvió a casa con el apodo de “El Santo”, pero aquel chico de Móstoles, de santo tenía poco. Que no se interprete mal, sino que la razón era porque no estaba ni bautizado. Esto fue por una sabia decisión que escogió su madre cuando él nació.
La decisión que tomó la madre de Iker con su hijo
Resulta que María del Carmen Fernández González, decidió darle la potestas a su hijo de escoger la religión que él mismo quisiera. A España está regido por un estado laico y aquí entonces pueden convivir numerosas religiones al mismo tiempo. Algo que facilita la convivencia, el respeto y la aceptación por parte de toda la población.
Entonces si a Iker, llegado el momento, se hubiera querido unir a la religión católica quedaría a su plena disposición hacerlo con su propio consentimiento y no el de sus progenitores. De esta forma lo que le quiso enseñar su madre pasaba por entender que la vida y las responsabilidades de cada uno, son exactamente de uno mismo.
Desde entonces Iker Casillas, “El Santo”, no ha encontrado todavía el momento para convertirse en el catolicismo. Sí que es cierto que, a través de sus redes sociales, no ha ocultado su devota pasión por algunas vírgenes mostrándolas sin ningún tipo de apego.
En anteriores ocasiones, hasta se le había visto acompañado de Sara Carbonero en alguna procesión de Semana Santa. Algo que llama la atención si precisamente uno no es católico. Pero la religión no entiende de estas cosas. A pesar de todo, Iker no ha pasado todavía por la Iglesia a dar su alta como creyente.
Cuando se casó con su exmujer a día de hoy, lo hizo de forma civil y en riguroso secreto prácticamente. El jugador entonces nunca dependió de ningún tipo de rito religioso para unir su amor y siempre ha ido por libre.
Iker Casillas el "Santo" madridista de Móstoles
La asignación de “Santo” ya la conocemos todos y viene tras su festival de atajadas en cada momento decisivo. Sus puños ante Portugal, el penalti a Paraguay, los despejes ante Alemania y la mano y el pie a Robben en la final.
El madridista se doctoró por la vía rápida en la asignatura de teología y consiguió colocarse la corona de santo a pasos agigantados. Quién no cree en dios a cualquier santo le reza, y entonces muchos escogieron a Iker como su elegido.
Su carrera es envidiable como el gesto que tuvo su madre con él. Un acto muy respetuoso y valiente para criar a un hijo que parece que le ha salido “santo”.