Ya nadie pone en duda el rendimiento de Vinicius. Ha nacido una estrella en el Real Madrid y es una auténtica realidad. Su gol en la final de la Champions confirma la regla y todo el mundo quiere a Vinicius en su equipo.
Líder indiscutible por esa banda izquierda, su verticalidad y desparpajo es absoluta. Sus goles, su ambición y su personalidad, le han catapultado a categoría de leyenda.
Si hay alguien que tiene mucho que ver en todo esto, no es otro que Karim Benzema. Su pareja de baile en la punta de ataque, ha sido capaz de sacar su mejor versión y demostrarle que es capaz de todo.
Una sociedad imparable: la delantera blanca
Lejos quedan las polémicas que se enzarzaron entre ellos, cuando el delantero fue cazado por la televisión criticando al brasileño con Mendy. A su compatriota, le llegó a decir que jugaba en su contra y que era mejor no pasarle el balón.
Aquello se quedó en una simple anécdota y lejos de afectarle al joven carioca, le hizo más fuerte. Su potencial no ha parado de crecer y su participación en el juego ha sido fundamental para que todo el peligro caiga por esa banda izquierda que ya se conoce Vinicius.
Pobre el defensor que tenga que bailar con él, en una de las muchas noches inspiradoras del brasileño. Le faltará campo para perseguirlo ya que no podrá ni alcanzarlo.
El “20” se ha convertido en la sensación de La Liga. Es el tercer jugador mejor valorado del mundo, con una cifra que alcanza las tres cifras y probablemente sea serio candidato, en un futuro, a ganar el Balón de Oro.
Benzema clave en su evolución
Pero si hay alguien que ha sido trascendental en su proyección, además de Ancelotti por haberle premiado de minutos, ese es su compañero Karim. Se han convertido en inseparables y hasta el galo le ha llegado a dar numerosos consejos para derrumbar la puerta rival.
Ha contribuido a su desarrollo. Hoy no será el mismo jugador que mañana. Entrenar a diario es lo que le han convertido en el jugador que es hoy en día. Su juventud le ha catapultado a grandes retos en su vida.
Tan solo se debía confiar en él y animarle sobre el verde. Enseñarle varios movimientos en los últimos veinte metros antes de rematar a portería, ha significado mucho. Además, aprendiéndolo de una estrella como el francés. Un masterclass absoluto.
La última decisión siempre la tomará él mismo, pero lo más importante es, levantar la cabeza y mirar hacia adelante. Así ha fabricado muchos de sus goles. La sociedad Benzema-Vinicius es mágica, una de las mejores del mundo.