El historial de Kylian Mbappé puede ser legendario. El futbolista está rompiendo a gran escala todos los techos de su carrera. A sus 24 años lleva tiempo opositando para ser considerado el mejor del mundo. El francés se ha ganado el respeto de todos sus compañeros y auténticas leyendas del panorama fútbol.
A la vista está que este jugador está hecho de otra pasta. Sin ir más lejos, el último ejemplo lo ponía Josep Pedrerol ayer en “El Chiringuito” nada más arrancar el programa.
Pedrerol rendido a Mbappé
El presentador ponía en valor la capacidad del delantero galo de seguir mejorando a diario. Esto automáticamente nos teletransporta a los tiempos de Cristiano Ronaldo cuando este se machaba en el gimnasio o en los campos de entrenamiento de Valdebebas.
Conseguir ser el mejor no es pan de un día. El esfuerzo ofrece sus recompensas y así también se refleja en el verde. Por algo definen los partidos con cualquier gesto técnico.
Mbappé ha superado todos los retos
Sin ir más lejos, en el escenario de la final ante Argentina, el atacante del PSG consiguió labrarse en poco tiempo su propio partido: hat-trick y licencia para soñar y ganar el Mundial con su país.
El presentador de “El Chiringuito” lo ponía en valor y es que nada más terminar la competición, el tipo ya se ha puesto a entrenar. Lección de vida para todos. Así normal que nadie le pille en carrera.
El jugador ha demostrado que no hay excusa para no calzarse el mono de trabajo. Dicen que quién ama su trabajo, nunca ejercerá en toda su vida. Ambos actores se necesitan. En la derrota y en la adversidad se demuestran los grandes hombres: Mbappé ha superado la prueba. Un motivo más para fichar por el Real Madrid.