La despedida de Toni Kroos del Santiago Bernabéu fue un momento cargado de emociones tanto para el jugador como para los aficionados. Después de una década vistiendo la camiseta del Real Madrid, el centrocampista alemán no pudo contener las lágrimas en su último partido en casa.
Tras el empate a cero contra el Real Betis, Kroos habló con los medios y explicó las razones de sus lágrimas, destacando el profundo vínculo emocional que ha desarrollado con el club y su afición.
"No es fácil, pero solamente puedo decir gracias a todo el madridismo, al club, a mis compañeros y al estadio porque siempre me he sentido en estos diez años como en casa. No podía pedir más. Han sido diez años inolvidables," expresó Kroos, visiblemente conmovido. "He estado bastante fuerte, pero ver a mis hijos llorar me ha matado," añadió, subrayando el impacto que tuvo en él ver a su familia afectada por el momento.
El alemán, conocido por su serenidad y profesionalismo dentro y fuera del campo, mostró una faceta más humana y vulnerable durante su despedida en el estadio que le ha visto consagrarse como una leyenda del fútbol mundial.
Adiós a un futbolista de época
Su contribución al Real Madrid ha sido monumental, siendo parte fundamental en la conquista de múltiples títulos, incluidos cuatro trofeos de la UEFA Champions League. Su salida deja un vacío difícil de llenar en el centro del campo del equipo blanco.
El homenaje en el Bernabéu incluyó una ovación de pie de toda la afición cuando fue sustituido en el minuto 85 por Dani Ceballos, quien también mostró su admiración por Kroos llevándose la camiseta del alemán como recuerdo.
El mensaje que Kroos escribió en la camiseta para Ceballos, "Para mi gran amigo Dani. Te quiero," refleja el respeto y el cariño que ha cultivado con sus compañeros durante su estancia en Madrid.
El legado de Kroos en el Real Madrid no se mide solo por los títulos y las actuaciones brillantes, sino también por la clase y el carácter que ha mostrado a lo largo de su carrera. Pero aún le queda una última misión para retirarse por todo lo alto: ganar la Decimoquinta en Wembley.