Mbappé acabó el partido contra el Espanyol muy cabreado por lo que había pasado. Y es que descubrió lo que son los arbitrajes en España que tiene que soportar el Real Madrid. Y hubo varias acciones que le acabaron minando la paciencia.
Y es que hubo varias patadas que recibió bajo el beneplácito del árbitro que quiso no sancionar. También anularon el gol de Vinicius por una falta suya, sin tener en cuenta que antes le estaban agarrando del cuello. Todo ello fue minando al jugador francés.
Sin embargo, la gota que colmó el vaso fue la entrada que Carlos Romero le hizo. Fue en una contra y el jugador del Espanyol no quiso jugar el balón, sino ir a derribarle. Pero lo más sorprendente es que ni el árbitro ni desde el VAR quisieron sacarle la tarjeta roja.

El Real Madrid está muy cabreado y según informan en AS, hubo declaraciones muy duras. “Es una adulteración intencionada de la competición; es imposible que el VAR no valorase esa acción como roja” decían algunas voces por lo que había sucedido.
Dentro del vestuario Mbappé no se lo podía creer
Al acabar el partido, los jugadores del Real Madrid no quisieron hablar en la zona mixta. Sobre todo porque habían visto la jugada repetida, y solo atinaban a decir que era una “vergüenza”. Nadie entiende por qué decidieron no expulsar a Romero.
De hecho, recelan de que el colegiado fuese Muñiz Ruiz, el mismo que expulsó a Flick. Después de aquello, Medina Cantalejo no tardó en salir a darle un tirón de orejas por hacerlo. Consideraba que tenía que haber tenido un poco más de paciencia con el entrenador culé.
“Esta semana hemos visto una expulsión de un entrenador. ¡Que venga dios y lo vea! Por no hacer nada, hay que tener un poco de cintura”, digo el presidente del CTA. Y justo después de eso, decide no expulsar a Carlos Romero por un entradón a Mbappé.