Perdía el Real Madrid en Manchester y el equipo blanco se desmoronaba con una derrota contundente.
El vestuario quedaba algo tocado y es que los cuatro goles hicieron mella y de qué manera. El madridismo se esperaba algo mejor, pero el experimento no acabó de funcionar.
El roce en el vestuario blanco
El planteamiento de Ancelotti no fue de lejos ni el más acertado y consecuencia de ello hubo varios piques de nivel en el vestuario.
Sin ir más lejos, Rüdiger, no esperaba ser suplente tras su partidazo de ida. Este se fue muy enfadado y varios compañeros tuvieron que darle ánimos, entre ellos Modric.
El balcánico tuvo que intervenir en la trifulca y es que hubo numerosas roces tras el partido. El alemán ya no entró con la misma conexión y el partido no dio para más decepción tras decepción.