La quinta jornada de la Liga dejó las cosas como estaban en cuanto a la parte alta de la clasificación. El Real Madrid logró otros tres puntos, al vencer en el Santiago Bernabéu al Espanyol (2-0), y sigue líder en solitario con un total de 15 puntos, seguido del Barcelona, que también venció al Getafe (3-0), pero nuevamente el encuentro de los culés estuvo marcado por la polémica arbitral.
El nivel de nuestros trencillas sigue entredicho después de que se le perdonara la expulsión a Raphinha por una clara agresión a Diego Rico. Tanto el colegiado de campo, Ricardo De Burgos Bengoetxea, ni el asistente en el VAR, Juan Luis Pulido, se mostraron indiferentes cuando, al borde del descanso, el brasileño le propinó un golpe al defensa azulón. Todo el banquillo de José Bordalás reclamó la que era la segunda cartulina amarilla. José Luis Sánchez, periodista de laSexta, tampoco se mordió la lengua y se refirió al historia de la competición doméstica.
🟥 Es imposible competir en igualada de condiciones
— José Luis Sánchez 🇪🇸 (@JLSanchez78) September 21, 2025
De Burgos Bengoechea no se atreve a expulsar a Raphinha.
NO SE ATREVE
En vez de sacarle la segunda amarilla se va a hablar con él... ¡QUÉ COMPETICIÓN!#LigaNegreira https://t.co/qlqPVBjUZE
Poco antes, en el minuto 32, Raphinha había sido apercibido por una falta antes de tiempo cuando había dado pasos De Burgos Bengoetxea, un reconocido ‘amigo’ del madridismo que ha protagonizado más de un escándalo durante los últimos años. El vizcaíno es uno de los árbitros sobre los que se han conocido informes elaborados por el hijo de José María Enríquez Negreira, ex vicepresidente del Colegio Técnico de Árbitros (CTA), para el Barcelona.
Precisamente, Javier Enríquez acaba de afirmar ante la juez del denominado ‘caso Negreira’ que el Barça mintió en Hacienda para desligarse de su padre y le usó como pretexto, en unas declaraciones que ha desvelado ‘El Español’. Unas acusaciones que recrudecen los indicios de corrupción del Barça, que pagó 7,4 millones de euros al ex ‘número dos’ de los colegiados durante, al menos, 17 años. Investigaciones recientes de la Guardia Civil elevan la cifra a 8,4 ‘kilos’.
Doble rasero
Acabamos de ver cómo el colectivo arbitral, del que se nos dijo que se iba a renovar luego del cambio de presidencia en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), ha actuado injustamente contra Dean Huijsen y no salimos del asombro cuando observamos nuevamente otro trato de favor hacia el Barça.

El defensa del Madrid fue expulsado el pasado 13 de septiembre durante el encuentro contra la Real Sociedad en Anoeta (1-2), concretamente en el minuto 37. Jesús Gil Manzano le mostró directamente la tarjeta roja a Huijsen ante una falta a Mikel Oyarzabal por entender que era el último hombre de los blancos y la jugada era una ocasión manifiesta de gol, cuando Éder Militao estaba más adelantado y el futbolista ‘txuri-urdin’ no tenía controlado el esférico.
El esperpento aumentó cuando el propio CTA reconoció el “error” de esta expulsión, en la que el VAR -a cargo de Jorge Figueroa Vázquez- ni intervino. Según el organismo que controla y se encarga del día a día de los colegiados, la acción era propia de cartulina amarilla. Pero el Comité de Disciplina de la RFEF, primero, y el de Apelación, después, no le retiraron el partido de castigo a Huijsen, que no jugó contra el Espanyol (2-0).