Nunca antes un silencio había sido tan determinante. El futbolista balear, Marco Asensio, tendría pie y medio fuera del Real Madrid. Dicha afirmación ya no sorprende a nadie y es una realidad que se ha ido masticando en los últimos partidos.
Las señales de Ancelotti
Los mensajes de Ancelotti han sido claros y contundentes y no hay nada que parezca que vaya a cambiar de opinión. Las altas prestaciones que pide el jugador, son completamente incompatibles con lo que le ofrece el club. Ese desentendimiento es real y manifiesto y así se ha demostrado en los últimos partidos.
El italiano no cuenta con él y parece que le ha fallado su confianza. Su ruptura se fraguó en Son Moix, su casa de niño. Allí aquel día fue la gota que colmó el vaso al verse señalado tras errar un penalti que todo el equipo empujó, pero su malestar impidió que ese balón entrara.
Aquella derrota provocó malas sensaciones en el equipo y una imagen algo tocada tras tener que viajar a Emiratos Árabes distanciado de liderato. En la competición para ser el mejor equipo del mundo, tan solo jugó los últimos 20 minutos de la final, con el partido prácticamente resuelto.
El golpe definitivo a Marco Asensio
Pero por si fuera poco, a la vuelta del torneo, Carletto le volvió a colocar y a pesar de abrir la lata, el entrenador le volvió a señalar en rueda de prensa. Este aseguró que poco le importaba su futuro, dejando un titular frío y contundente.
Mientras el Bernabéu aplaudía a la cara de esta moneda, Ceballos, pidiéndole que se quedara, al “11”, ni caso le hicieron.
Pero si aquellos síntomas no habían sido suficientes, solo quedaba por enseñarle la puerta de salida, con el gesto de colocar al chaval del Castilla, Álvaro Rodríguez, por delante suyo en algunos cambios. Parece que el chico ilusiona ya más que Marco, y este sigue agachando la cabeza, viéndolas venir.