Ronaldo Nazario no ha podido conseguir su nuevo propósito y ha tenido que retirar la candidatura a la presidencia de la CBF (Confederación Brasileña de Fútbol). El ex futbolista pretendía revitalizar el fútbol de su país, pero no ha obtenido los apoyos suficientes para convertirse en el sustituto de Ednaldo Rodrigues, actual presidente de la CBF.
Han sido numerosos los comentarios y reacciones que se han dado en las últimas horas sobre este proceso de un Ronaldo que, por otra parte, también tiene ciertos problemas en el Valladolid, club del que es máximo propietario y presidente. El Pucela es colista y tiene difícil la permanencia en Primera, a 13 puntos ahora mismo.
Una de las críticas más furibundas la ha realizado la mujer de Ronaldo, Celina Locks. La esposa del astro brasileño ha criticado con contundencia a la CBF, pero también a Brasil, a través de redes sociales. En su cuenta de la red social de Instagram, Locks ha lamentado que “Brasil es un país para sentir asco”, acompañando el comentario de un escudo brasileño en el que pone “la corrupción continúa”.
La mujer de Ronaldo, también brasileña, ha tenido remilgos en compartir su estado de indignación después de que el mítico delantero del Real Madrid, PSV, Inter de Milán y Milan, entre otros, no haya recibido el apoyo de las federaciones estatales.
El propio Ronaldo explicó recientemente que 23 de las 27 federaciones se negaron a recibirle. Unas federaciones que, fieles al corporativismo que reina en la industria, se postulan ahora para que Ednaldo Rodrigues siga como máximo dirigente del fútbol brasileño.
Falta de respeto
Llama la atención que este tipo de sucesos pasen en Brasil, uno de los países futboleros más destacados del mundo, y, sobre todo, con Ronaldo, que es uno de los máximos referentes que ha tenido el balompié global y, muy en particular, el fútbol carioca.
Ronaldo es, además de presidente del Valladolid, embajador del Real Madrid desde el año 2016 y a estas labores se dedicará ahora después del feo de las distintas federaciones que integran el fútbol brasileño cuya Selección está sumida en una buena crisis y lleva ya más de dos décadas sin ganar un Mundial. Fue en 2002 y con Ronaldo, precisamente, liderando aquel equipo.