La historia de la infancia de Antonio Rüdiger: así llegó a Alemania desde Sierra Leona

Antonio Rüdiger tuvo que enfrentarse a una infancia muy dura marcada por el miedo y el racismo

24 de Abril de 2022
Antonio Rüdiger creció en Berlín Neukölln
Antonio Rüdiger creció en Berlín Neukölln

El futbolista alemán corazón para The Player's Tribune. Nos cuenta que muy a menudo se acuerda de Daniele De Rossi, el cual vino a verle das disputar un partido del Lazio y le dijo tras estar harto de escuchar insultos racistas contra él cada vez que salía al campo, que quería tratar de entender su dolor.

Antonio Rüdiger creció en Berlín Neukölln, un barrio de inmigrantes en Alemania. El futbolista explica sus valores y considera que todo el mundo tiene un código, independientemente de donde proceda y es que si ves a alguien mayor caminando por la calle cargado con muchas bolsas del mercado tienes que dejar lo que estés haciendo y ayudarle, que, aunque el mundo sea frío en las personas existe la calidez.

La dura infancia de Antonio Rüdiger

No puede evitar emocionarse al recordar una anécdota de cuando una vez iba caminando por la calle, cerca de donde vivía, cuando vio a una señora mayor que llevaba bolsas de supermercado. Cuando acudió a ayudarla, recuerda la mirada de aquella mujer volviéndose hacia él con miedo en su rostro, porque pensó que iba a robarle las bolsas.

Rüdiger confiesa que fue solamente un momento, pero que se dio cuenta de cómo podían verle a otras personas, que, a pesar de que nació en Alemania nunca sería tan alemán como los alemanes.

Sus padres eran refugiados de la guerra civil en Sierra Leona y que, a su parecer, nadie sabe ciencia cierta que fue lo que pasó allí, ya que la televisión solamente retransmite imágenes de niños hambrientos. Para él, África es el tercer mundo olvidado.

Para su familia, ser rico era tener un plato de comida sobre la mesa cada día. De hecho sus padres estaban muy agradecidos por vivir en Alemania a pesar de hacerlo un barrio de inmigrantes, no había bombas ni disparos por la noche y ya con eso eran felices.

 

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