El brutal tirón de orejas de la abuela de Toni Kroos: “No me gusta nada y él lo sabe”

Los tatuajes es algo que detesta la abuela de Kroos que tiene numerosos dibujos entre los dos brazos

Simón González
12 de Junio de 2022
Tony Kroos es un amante de los tatuajes

Si a alguien en esta vida merece hacerle caso es a las abuelas. Esas personas tiernas, agradables y cercanas que siempre cuidarán de ti en todo momento y aportarán lo mejor a cada rato. Pero otra cosa que no cambia, son sus enfados.

Toni Kroos lo sabe mejor que nadie y siempre que ve a su abuela, esta le dice lo que le gusta y lo que no. Con su fútbol, su despliegue sobre el verde y su calidad técnica están encantados. Los abuelos del alemán están impresionados en este aspecto y no se pierden un partido.

Ahora bien, si algo tiene que reprocharle la abuela al mediocentro madridista, son sus tatuajes que lleva estampados en su cuerpo. La verdad es que no son pocos y los lleva por ambos brazos. Como si se conociera la frase de memoria, ella siempre le repite lo mismo: “No me gusta nada y él lo sabe”.

Todos los tatuajes tienen una historia detrás
 

Pero a juzgar por conocer sus dibujos, hemos descubierto que muchos de ellos guardan una historia detrás. El futbolista, padre de familia, tiene tres hijos con su mujer Jessy. Es curioso porque su historia de amor surgió en España, concretamente en Fuerteventura con 18 y 20 años, respectivamente.

Sus ocho años en Madrid, le abalan como uno de los mejores mediocentros en mucho tiempo. Forma parte de la mejor tripleta de mediocentros en el mundo. Junto a Modric y Casemiro llevan jugando juntos y repitiendo titularidades desde hace siete años consecutivos.

El alemán amante de este arte, tiene varias sorpresas en sus brazos. No son tattoos cualquiera. En los dos brazos, lleva estampada la cara de sus tres hijos. El nacimiento de un niño marca una época indescriptible como padre y Kroos quiso dejar constancia del momento.

Sus hijos siempre con él 
 

En 2016 se lanzó a tatuarse la cara de su primerizo, Leon. Esa fotografía la subió a Instagram, agradeciendo el trabajo al artista y recibió numerosos likes, casi los 200.000.

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A lo largo de su brazo se puede ver perfectamente el rostro del niño con un reloj que marca la hora exacta de su nacimiento. El reloj de aguja era espectacular. Parecía prácticamente real. Una representación muy bonita para anunciar su llegada. El tatuaje estuvo muy bien logrado y los dibujos estaban perfectamente realizados.

Pero no es el único que se hizo. En el otro brazo, con el nacimiento de su segunda hija, ahora era una niña, repitió el experimento. Esta vez fue más discreto y se tatuó, únicamente, el nombre y la fecha de su nacimiento.

Repitió una tercera vez 
 

Dos años más tarde, con su tercera hija, repitió de nuevo. Esta vez, volvió a repetir el retrato, de su tercera hija, con la peculiaridad de tatuarle unas gafas de color rosa. A sus dos hijas las tiene juntas y el chico, es el que permanece en el otro brazo.

El resultado de este tercero, todavía tuvo una mayor repercusión que la primera foto. A la abuela de Kroos no le gustará, pero lo que está claro es que seguirá tatuándose las cosas importantes que le ocurran. Una forma de dejar constancia de lo que verdaderamente le hace feliz.

Desconocemos cuántos más esconde y si alguno no estará en una zona visible. Pero lo que está claro es que es un arte que al alemán sí que le gusta llevar. 

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