Josep Guardiola ha sido una de las figuras más relevantes e importantes de la historia del Fútbol Club Barcelona. Lo fue como jugador y, posteriormente, como entrenador. Fue futbolista del Barça durante once temporadas (1990-2001), en las que jugó 385 partidos y ganó 16 títulos: 6 Ligas, 2 Copas del Rey, 4 Supercopas de España, 1 Copa de Europa, 2 Supercopas de Europa y 1 Recopa de Europa.
Su llegada al banquillo barcelonista en el año 2008 supuso la época dorada de la historia del club catalán. Dirigió cuatro años al Barcelona, en los que ganó 14 títulos: 3 Ligas, 3 Supercopas de España, 2 Copas del Rey, 2 Ligas de Campeones, 2 Supercopas de Europa y 2 Mundiales de Clubes. Fue el esplendor y la etapa más gloriosa y exitosa que vivió el Barça.
Tras su salida de la entidad blaugrana en el año 2012, Guardiola cogió los mandos del banquillo del Bayern de Munich hasta la temporada 2015-2016. Después de tres años en Munich, puso rumbo a la Premier League a la campaña siguiente, para entrenar al multimillonario Manchester City, equipo que aún sigue entrenando.
La puñalada que pudo cometer Guardiola al club de sus amores
Guardiola ha sido una de las personas que ha salido en el último documental de Netflix sobre ‘El Caso Figo’. Un documental de una hora y media aproximadamente, en el que se relata todo lo sucedido sobre el fichaje de Figo por el Real Madrid, cuando el portugués era jugador del Barcelona. Su fichaje por los blancos dio la vuelta al mundo y fue el más polémico de la historia del fútbol, a la vez que el más caro hasta la fecha.
El técnico del Manchester City fue compañero de Figo en el Barça durante los cinco años que el luso estuvo en la Ciudad Condal. Guardiola contaba que eran muy buenos amigos y que su fichaje por el Madrid le afectó mucho personalmente. Figo cometió una puñalada muy dolorosa al barcelonismo que le acusó de traidor y pesetero, mientras que el madridismo lo recibió como un ídolo y un héroe.
Sin embargo, Guardiola también pudo cometer una ‘jugarreta’ al club de sus amores cuando era futbolista. Cuando estaba en la mejor etapa de su carrera, tuvo una oferta muy tentadora de la Liga inglesa. Iba a ganar mucho más de lo que lo hacía en el Barça, y estuvo a punto de coger la puerta y marcharse. Sin embargo, esto no acabó sucediendo ya que el Barcelona lo consideraba intransferible y el catalán acabó quedándose en España.
Su etapa en el Barcelona concluyó en 2001, un año después de la marcha de Figo al Real Madrid, y se fue a jugar al fútbol italiano, donde militó en el Brescia Calcio y en la Roma. Después, estuvo dos años jugando en Qatar (2003-2005) y, finalmente, se retiró en México, en 2006, jugando para el Dorados de Sinaloa.