La premonición de Luka Modric sobre la 14ª: una coincidencia muy curiosa

Una trayectoria de blanco para enmarcar: su legado será eterno

13 de Junio de 2022
Modric dirigiendo la batuta en un partido
Modric dirigiendo la batuta en un partido

El idilio que tienen los jugadores con el Santiago Bernabéu se resume en una conexión especial que no se puede explicar en pocas palabras. Si hace unos meses era Kylian Mbappé el que se quedaba perplejo ante la magnitud de un estado de leyenda, Luka Modric también lo hizo en su día.

Ahora el croata ya está acostumbrado a recorrerse su segunda casa y su jardín, cada fin de semana. Es el dueño del verde y nadie tiene una relación tan cercana como él.

A su edad sigue disfrutando de buen fútbol. Lejos de querer dar un paso al lado en busca de una tranquilidad futbolística, su cuerpo y su mente le piden que no se baje del tren en el que está subido. El nivel de Modric está tan arriba que no tiene ni cobertura para que otros equipos le vengan a buscar.

Las primeras veces nunca se olvidan 
 

Hace muchos años que pisó por primera vez el estadio dónde siempre pasan cosas. Aunque la primera vez no fue con su equipo, fue con uno de sus ex. En el amor a veces estas situaciones ocurren.

La percepción de ir a un lugar, como esa película que nunca quisiste ver con tu ex pareja. Pero, sin embargo, te gusta ir al cine. Algo parecido le ocurrió al balcánico cuando pisó el estadio de Concha Espina.

Lo hizo con otra camiseta, la del Tottenham. En aquel partido salió apeado por un resultado de 4-0, en una noche de abril de 2011. Como si de una primera cita se tratara, cuando tienes los nervios por el desconocimiento de no saber si llevas el outfit adecuado para sorprender a tu chica. Luka quedó enamorado de su amor platónico. El famoso “crush” de hoy en día. Un lugar dónde perderse, el Bernabéu.


El conjunto inglés era la fea, y el equipo de Chamartín la cena de gala. Modric llegaría dos años más tarde para asentarse en el equipo como una auténtica leyenda. Cogió el abono de temporada y desde entonces lo ha ido renovando campaña tras campaña. No por compromiso, sino por méritos, valores y esfuerzo que ha propagado a afición y compañeros.

Media vida de blanco 
 

Diez años después su palmarés como jugador blanco es historia. Destacan esas cinco Champions en ochos años o el Balón de Oro. Este año ha vuelto a levantar una orejona, la catorceava.

Un dorsal fetiche. El guiño perfecto a aquella primera velada en el estadio del que se enamoró. Luka, lucía ese mismo número a su espalda. El sello permanente que le acompañado desde entonces.

Luka Modric ha rendido a un nivel estratosférico durante todo el año
Luka Modric ha rendido a un nivel estratosférico durante todo el año

Sin embargo, en el Real Madrid, decidió emprender su trayectoria con otro de distinto. Como madridista ha llevado dos números, sus otros dos guiños. El 19 fue el primero, descartamos que Modric consiga esas Champions, pero casos más raros hemos visto. El mismo jugador sigue dando la talla a sus 36 años, cuando muchos de sus compañeros ya se plantean la retirada a esa misma edad.

Hay gente que cumplir años le sienta de maravilla. Un Benjamin Button de libro. El eterno jugador clásico, que no caduca con los años. Modric, su dorsal y su hitoria ya son una leyenda del club.

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