Kylian Mbappé ha dado un paso al frente contra el Paris Saint-Germain. En una rueda de prensa celebrada en el Hotel Pullman, en pleno corazón de París, sus abogados han lanzado un ataque legal que puede tener consecuencias devastadoras para el club francés.
El delantero, acompañado por su madre, Fayza Lamari, y su abogada Delphine Verheyden, anunció el inicio de acciones civiles, laborales y penales contra el PSG. Además, instaron a la UEFA a intervenir. Si el PSG no paga lo que debe, podrían quedarse sin licencia para disputar la próxima Champions League.
Exigen 55 millones de euros
El equipo legal de Mbappé reclama una deuda de 55 millones de euros. Según Verheyden, el PSG no ha cumplido con el pago acordado en el contrato de 2022. El club firmó, pero no ha abonado lo pactado.
La abogada dejó claro que los documentos son legales y válidos. Denunció también presiones y maniobras del PSG durante las negociaciones. “¿Pagados? No. ¿Qué falta? 55 millones”, sentenció.
Mbappé y su equipo han solicitado a la UEFA que actúe. Según las normas del organismo europeo, un club no puede participar en competiciones si no cumple con los salarios de sus jugadores.
Por eso, los abogados ya se han reunido tanto con la UEFA como con la Federación Francesa. Piden que se revise el caso y se suspenda al PSG de la Champions hasta que pague.
Denuncias, embargo y ofensiva judicial
La ofensiva legal va en serio. El 9 de abril, Mbappé denunció por injurias públicas a una persona no identificada. Ese mismo día, acudió a los tribunales para solicitar un embargo preventivo por 55 millones.
Este jueves se ejecutó el embargo cautelar. El próximo paso será el 26 de mayo, cuando el Tribunal Judicial de París celebrará una audiencia preliminar sobre el caso.
El PSG ha reaccionado con dureza. En un comunicado, acusaron al entorno de Mbappé de contar “una historia de ciencia ficción”. Aseguran que el delantero tuvo condiciones únicas y que no entienden por qué no acude al tribunal laboral correspondiente.
Pese a todo, el club afirma que sigue buscando una solución amistosa. Pero el conflicto parece lejos de resolverse, y la amenaza de quedarse fuera de Europa es más real que nunca.