El hincha del Real Oviedo que imitó gestos y ruidos racistas contra Kylian Mbappé durante el partido en el Carlos Tartiere ha declarado ante el juez. Reconoció los hechos, pidió perdón y aseguró estar “arrepentido”.
Las imágenes dieron la vuelta al país. Sucedió en el minuto 37 del encuentro, cuando Mbappé se acercó a la banda para sacar un córner. El gesto fue captado por una cámara y en cuestión de minutos se volvió viral. La indignación fue total. Aficionados, clubes y jugadores condenaron el episodio sin matices.
Rápida actuación de la Policía
La Policía Nacional actuó con rapidez. En menos de 24 horas, identificó al responsable gracias a las grabaciones del estadio y a los vídeos publicados en redes sociales. El acusado, según fuentes policiales, pertenece a un grupo ultra del club asturiano. Fue detenido, prestó declaración y quedó en libertad a la espera de juicio.

La Comisión Estatal Antiviolencia ya ha propuesto una sanción ejemplar: 4.000 euros de multa y un año sin poder entrar a ningún recinto deportivo. Se trata de una medida firme, pero todavía pendiente de ser ratificada por las autoridades competentes. Además, el caso sigue abierto en la vía penal, ya que la Fiscalía investiga si los hechos pueden considerarse un delito de odio.
Chapó por el Oviedo
El Real Oviedo reaccionó de inmediato. Emitió un comunicado condenando “de forma tajante cualquier manifestación racista” y aseguró que tomará medidas disciplinarias internas contra el aficionado. “El racismo no tiene cabida en el fútbol ni en nuestra sociedad”, escribió el club en su nota oficial.

Desde la RFEF y LaLiga también se pronunciaron. Ambas instituciones reiteraron su compromiso con la tolerancia cero al racismo y pidieron sanciones ejemplares. No es un caso aislado, lamentablemente. En los últimos meses, el fútbol español ha vivido varios episodios de este tipo que han reabierto el debate sobre cómo erradicar la discriminación en los estadios.
Mbappé, por su parte, no ha querido entrar en polémicas. Se limitó a agradecer los mensajes de apoyo y pidió “educación y respeto” para todos. El delantero francés siguió con su vida con normalidad, pero el mensaje que deja este caso es claro: el racismo no se puede normalizar ni pasar por alto.