El Bernabéu vivió este viernes uno de esos momentos que hacen afición. Kylian Mbappé, vestido de gala, recogió su Bota de Oro 2024–2025. Y en su discurso, cuajado de humildad, dejó claro que aunque celebrar lo individual es bonito, lo que realmente le mueve es el equipo.
“Estoy contento, pero lo más importante es lo colectivo. Ojalá ganemos muchos títulos.” La frase resonó entre aplausos. Los focos apuntaban al trofeo, pero él desvió el foco al vestuario, a sus compañeros.
Antes de levantar la bota dorada, Mbappé quiso centrarse en quienes día a día comparten el campo con él: “Primero, tengo que darle las gracias a mis compañeros. Este año tenemos un grupo increíble. Los premios colectivos son lo más importante. Jugar en el Real Madrid es un sueño.”
FAMILIA 🤍pic.twitter.com/ZIHbuWDBaN
— (fan) REAL MADRID FANS 🤍 (@AdriRM33) October 31, 2025
No hubo exageraciones. Solo la voz de un futbolista que sabe que detrás de cada éxito hay sacrificio compartido.
Más que goles
Porque los números de Mbappé asustan. Logró 31 goles en LaLiga. Anotó en 21 partidos distintos. Casi todos con la pierna derecha, alguno con la izquierda. Algunos desde fuera del área, otros de penalti. En 17 de los 19 rivales dejó su huella. Prestigio, continuidad, eficacia.
Y ojo: en toda Europa, sumó 44 goles en todas las competiciones de las grandes ligas. Un dato que le pone por delante de Lewandowski (42) y Kane (41). También restaura comparaciones con nombres históricos: supera cifras de Ronaldo o Zamorano en sus primeros cursos en España. Él lo sabe. No son solo estadísticas: son argumentos para exigir.
Un mensaje de futuro
Florentino Pérez había destacado días atrás la entrega y el talante de Mbappé al recibir el trofeo. Pero fue el propio delantero quien matizó el mensaje con una mirada hacia adelante. Que sí, que la bota pesa, pero que lo que más le importa es que el club gane. Que los títulos colectivos valen más que cualquier galardón individual.
Ese “pero” al final de su frase no fue una concesión: fue un aviso. Mbappé mete goles de otro planeta, pero lo que realmente le late es vestir de blanco mientras celebra una Liga, una Champions, un título que también suma al escudo.
Y los que estuvieron allí, los que vibran cada domingo, se fueron convencidos de que el francés no solo quiere brillar: quiere llevar al Madrid con él.