El caso Vinicius está llegando demasiado lejos. El futbolista que oposita en cada partido que juega a ser uno de los mejores del mundo, se ha visto involucrado en una espiral de críticas respecto a su comportamiento sobre el juego.
Aunque sea el afectado, parece que no puede hacer nada y todo lo que diga o haga será utilizado en su contra. El atacante por mucho que trate de defenderse de sus rivales, quienes le marcan a patadas, parece que este deberá acatar las normas. Hasta este punto se ha llegado.
Situación que ha provocado que el Real Madrid se harte. Parece que Vinicius a pesar de ser la víctima de todo esto, ahora no tenga derecho a quejarse a contestar más fuerte mientras que los otros tienen barra libre para hacer lo que quieran.
Los palos a Vinicius siguen impunes
El futbolista está algo incómodo en el verde y se le ve, pero por eso utiliza su sonrisa como coraza: ¿qué va a hacer sino? Esto es interpretado por la prensa como una provocación y son muchos los que ya se le han tirado encima.
Pero, ¿acaso todas las patadas que recibe no son suficientes como para que alguien las castigue o condene? Desde “El Chiringuito” son varias las voces que le han llamado la atención, para tratar de desestabilizar todavía más al jugador.
El último en hacerlo era Pedrerol, quién corregía a Roberto Morales y sentenciaba la situación de brasileño por sabida hasta dentro del vestuario: “En el vestuario lo ven. Vinicius tiene que mejorar. No le ayudas. No es que le tenga que calmar Ancelotti, le tiene que cambiar, incluso”.
La sentencia de Pedrerol no convence al madridismo
Una acusación que no convence en la bancada madridista. Los tertulianos merengues, saben que al futbolista le falta quizá algo de madurez, pero no para llegar a ese punto dónde todo lo que haga, esté mal visto.
Lo único que hacen con esta situación es manchar todavía más al fútbol. Lo que debe destacar por encima del resto es el juego, el espectáculo. No hay nada más importante que eso y parece que los rivales ya se lo están cargando de primeras.
Son faltas y golpes premeditados. Eso solo hace que afear el ritmo de juego. No hay otra forma de entenderlo. El balón debe ser solo el único protagonista. No hace falta señalar siempre a Vini. El chico solo sabe hacerlo lo mejor que puede.