La defensa a ultranza del barcelonismo tiene muy poco sentido a medida que pasa el tiempo. Si hay algo que está mal se dice y punto: sin rodeos ni miramientos. El Barça volvió a demostrar una imagen pésima y ganó por las diferencias individuales de Robert Lewandowski. Partido gris, resultado corto y ajustado y gol en el añadido de la segunda mitad.
El Lobo quedó retratado
Veremos qué tal le salen las cosas al Real Madrid en el Bernabéu, pero a prior se les ha presentado un partido sencillo y asequible. El análisis de después será en su justa medida y debería ser comparable con lo que pasó ayer en Mestalla. Aunque hay gente que no lo entiende.
El Lobo Carrasco es uno de estos candidatos a desconfiar de todo el mundo. Este es un auténtico soberbio e hipócrita al parecer. Su postura de ser un tipo tranquilo, o metódico, siempre cambia en el momento que su Barça no da la talla.
Este entonces se crece cuando los azulgranas ganan por la mínima. Un argumento que se le debería caer por su propio peso, sobre todo en las últimas semanas cuando los culés defendían su estilo de juego y priorizar el cómo antes del qué.
La visión del Lobo Carrasco
El Lobo es uno de los tertulianos más irritantes que se recuerdan. Su visión de exfutbolista parece que no ayuda y eso de los más partidistas. No es capaz ni de reconocer de sus errores, y es algo que, estando el Real Madrid como está, debería agachar la cabeza y respetar al mejor en este caso.
Por ahora su equipo ya ha sido eliminado de la Champions y está al abismo de volver a repetir la pesadilla del año pasado. Todos los culés ya pueden volver a preparar su propia tumba para una campaña en blanco. Josep Pedrerol no acierta con la bancada azulgrana y quizá debería ampliar a más madridistas en vez de barrer para su casa.