Es normal ver que en las redes sociales se lleven a cabo una gran cantidad de comentarios que muchas veces se consideran incoherentes o incluso insultantes. Esto por parte de los aficionados que son más acérrimos a defender a su club que a ver el fútbol con un sentido de objetividad. Pero en este caso, hay muchos que defienden los intereses de los suyos mejor que otros, como en el caso de Ramón Álvarez de Mon.
El comunicador madridista siempre ha sido bastante coherente a la hora de hacer sus análisis en todos aspectos. Pero ahora ha decidido irse al bando de los zascas, dejando al barcelonismo simplemente desarmado. "Yo no soy culé ni deseo que le vaya bien al Barça, pero me alucina que muchos barcelonistas, no vean nada extraño en la gestión que se está haciendo de su club".
"Tenía una sensación parecida cuando Bartomeu arruinaba el club y los “economistas del Madrid” éramos criticados por comentarlo". Estas palabras dejan bastante claro que muchos de los culés le han criticado de forma fehaciente a pesar de haber dicho muchas cosas reales.
Le atacan por decir la verdad
Han sido varias ocasiones donde le hemos visto envuelto en una cantidad considerable de polémicas, muchas veces con el Barcelona. Esto debido a que los aficionados directamente se le van al cuello por cada situación que trata de exponer sobre su club.
Él mismo lo deja claro con sus palabras, y es que no desea ver al Barcelona bien, ni que tenga buenos resultados, pero no significa que no pueda hablar con contundencia. Algo que muchos aficionados han reprobado y que incluso le niegan a hablar acerca de la situación de su club.
Esto parece ser un común denominador en todos los aficionados del Barcelona, que se están volviendo hipersensibles a cualquier crítica y análisis acerca de su equipo. Algo que muchos han tenido que ver durante varios años y ahora que todo está bastante mal no aceptan las críticas.
Allá ellos
Al final, ellos son los que terminan apoyando a un club que ahora mismo es una auténtica ruina futbolística y financiera. Un resultado de tomar muy malas decisiones, no solamente por parte de la directiva, sino por ellos mismos al votar a sus dirigentes.