Gabriel Deck es el último hombre que ha contratado el Real Madrid para mejorar la plantilla de Pablo Laso, que ha sido, recientemente, campeón de la Liga ACB y finalista de la Euroliga. El argentino, con 1,98 metros de altura, juega en la posición de alero, aunque también puede desempeñarse como ala-pívot. Ha formado parte de la selección de baloncesto de Argentina en categorías formativas y absoluta, con la cual alcanzó el subcampeonato en la Copa del Mundo de 2019 y ha jugado un total de 41 partidos.
El baloncestista ya estuvo en las filas del conjunto blanco entre 2018 y 2021. Partió rumbo a la NBA para jugar en el Oklahoma City y, tras una temporada algo irregular, vuelve al Real Madrid para seguir ganando títulos y seguir rindiendo al máximo nivel, aunque no sea en la prestigiosísima NBA. En los tres años que estuvo en el Real Madrid, Deck levantó 1 Liga ACB, 3 Supercopas de España y 1 Copa del Rey.
Antes de firmar por el Real Madrid en el verano de 2018, Deck pasó por el Quimsa argentino, donde estuvo seis años (2010-2016) y, antes de fichar por el 36 veces campeón de la ACB, militó durante dos temporadas en el San Lorenzo de Almagro (2016-2018).
La complicada vida de Gabriel Deck
Gabriel Deck proviene de una familia humilde de trabajadores en Colonia Dora (Argentina). Como hijo varón que era, junto a su hermano Joaquín, debían trabajar y ayudar a sus padres. Lo hacían en los campos de alfalfa, ayudando a su padre, al rayo del abrasador sol santiagueño. O limpiando el interior de los micros de larga distancia en la empresa en la que Carlos era chofer. Hasta que un día dijeron basta y Joaquín, el que tomó la decisión, lo recuerda bien.
"Eran las 2 de la tarde, hacía un calor bárbaro y estábamos con Tortu en la bodega de uno de los colectivos. Sofocados, cansados… Y recuerdo bien lo que le dije", detalla el hermano mayor de Gabriel. Finalmente, se fueron a probar suerte a Quimsa. Todo había comenzado un año antes cuando la profesora de Educación Física de Gabriel, Paola Aguilar, le vio condiciones y le recomendó ir al campus de Quimsa, el club que venía de ser finalista de la Liga en el 2008.
“Irme de Colonia Dora a Santiago capital fue el sacrificio más grande que hice. Mi vieja lloraba todos los días y yo era un chico de pueblo, la ciudad me costó… Tuvimos que empezar de cero, con amigos, rutinas, todo. Varias veces pensé en volverme. Por suerte estábamos juntos con Joaquín, él me ayudó mucho. Y además en el club nos hicieron sentir como en casa”, aseguraba Deck. “Y sí, fue duro. Colonia Dora es su lugar en el mundo, clave en su vida. Tiene un sentimiento muy arraigado y no le fue fácil desprenderse”, manifestó Silvio Santander, quien fue su primer DT en Quimsa.