El Real Madrid lleva más de una década apostando por un modelo claro: fichar talento joven antes de que explote. Una estrategia liderada por Florentino Pérez y ejecutada con precisión por Juni Calafat, su cazatalentos estrella.
El objetivo está claro: evitar pagar fortunas por estrellas consagradas y, en su lugar, formar a futuras figuras en casa. Algunos fichajes han salido redondos. Otros, no tanto. Y hay varios que aún generan dudas.
Los que ya son estrellas
Vinicius Jr. fue el pionero del proyecto moderno. Costó 45 millones en 2017 con solo 16 años. Hoy es uno de los mejores extremos del mundo.
Fede Valverde llegó desde Peñarol por 5 millones en 2016. Capitán y alma del vestuario blanco, es uno de los grandes aciertos de esta política.
Jude Bellingham costó 103 millones en 2023, ya como estrella. Su primera temporada fue descomunal. La segunda, algo más discreta, pero sigue siendo indiscutible.
Rodrygo Goes fue otra gran inversión: 45 millones. Ha sido decisivo en Champions, aunque su irregularidad le tiene en entredicho.

Eduardo Camavinga, fichado por 30 millones en 2021, ha demostrado calidad y polivalencia, aunque aún busca regularidad y salud física.
Los que apuntan alto
Endrick, con solo 18 años, ya ha debutado y marcado goles. Fichado por 35 + 25 millones, tiene todo por demostrar.
Arda Güler llegó con 18 años por 20 millones (más 8 en bonus). Las lesiones han frenado su explosión, pero tiene talento de sobra.
Franco Mastantuono, próximo a incorporarse cuando cumpla 18, es una de las grandes promesas argentinas. Costó 63 millones. Apuesta fuerte.
Dean Huijsen, central neerlandés-español, fichado este verano por 58 millones. Futuro de la zaga, ya ha tenido sus primeros minutos.
Brahim Díaz, fichado en 2019, volvió tras una gran cesión en el Milan. Hoy es un revulsivo muy valioso.
Las decepciones
Luka Jovic fue un fracaso rotundo. Costó 60 millones en 2019 y se marchó gratis tras marcar pocos goles.
Reinier Jesús, 30 millones por un talento brasileño que no ha jugado ni un minuto oficial con el primer equipo. Muchas cesiones, sin impacto.
Lucas Silva, fichado en 2015 por 13 millones. Apenas jugó nueve partidos y volvió a Brasil.
Jesús Vallejo, otro caso frustrante. Llegó con buenas referencias en 2015. Hoy apenas acumula 35 partidos en nueve años.
Casos extraños y dudas razonables
Takefusa Kubo fue fichado por solo 2 millones, pero nunca debutó oficialmente. Hoy brilla en la Real Sociedad.
Martin Odegaard llegó con 16 años por unos 3 millones. Jugó poco y acabó en el Arsenal por 40 millones. Buen negocio, pero decepción deportiva.
Marco Asensio, fichado por 3,9 millones, mostró destellos de crack. Pero las lesiones limitaron su impacto. Se fue libre al PSG.
Isco Alarcón, traspasado desde el Málaga por 30 millones. Tuvo una gran etapa en el club, aunque irregular. Cinco Champions le avalan.
Dani Ceballos, llegado del Betis por 16,5 millones, nunca se consolidó como titular. Hoy es jugador de rotación.

Los pioneros
Raphael Varane llegó en 2011 por 11 millones. Central clave en una década gloriosa. Se fue al United dejando 50 millones.
Casemiro fue otra joya. Cedido al Castilla en 2013 y fichado por 5,3 millones. Se convirtió en leyenda antes de irse al United por 72 millones.
A lo largo de estos 15 años, el Real Madrid ha invertido más de 700 millones en jóvenes promesas. Algunos han hecho historia. Otros se han quedado por el camino.
Florentino y Calafat siguen creyendo en este modelo. Mastantuono y Huijsen son los últimos ejemplos. El futuro, como siempre en el Madrid, ya ha comenzado.