El Real Madrid desde la llegada de Florentino Pérez a la presidencia en su primera etapa, ha aspirado a tener en nómina a algunos de los mejores jugadores del mundo. Fue justo el caso acontecido en 2006, tras el Mundial de Alemania cuando este jugador estuvo a punto de vestir de blanco.
Se trata de Andrea Pirlo, el superclase italiano que ha marcado una época en el fútbol italiano y europeo. Tanto en sus diferentes clubes como con la Selección de su país, el centrocampista ha logrado brillar siempre hasta los últimos días de su carrera.
Cuando jugaba en el AC Milan estuvo a punto de firmar por el Real Madrid, de hecho ya estaban todas las condiciones contractuales establecidas, solo era cuestión de tiempo que acabara vestido de blanco.
De hecho, el propio Pirlo comentaba que: "yo en esos momentos ya pertenecía al Real Madrid, no al Milán. Yo era jugador del Real Madrid en mi cabeza, en mi corazón y en mi alma. Tenía un contrato de cinco años esperándome allí y un salario que no era de este mundo. Yo mismo me imaginaba con la camiseta blanca. Mis pensamientos a menudo se posaron en el Santiago Bernabéu, el templo, un estadio que siembra el terror en sus oponentes", explicaba.
Todo ello en medio del escándalo de amaño de partidos que puso en jaque a grandes clubes como la Juventus de Turín o el propio Milan. De haber bajado a segunda como sí ocurrió con la Juventus, Pirlo hubiera hecho todo lo posible por salir. Finalmente se quedaron en Serie A y Galliani le puso un cheque en blanco.
La otra ocasión donde Pirlo pudo ser jugador del Real Madrid fue en el verano de 2006 cuando se planteó un fichaje de Ronaldo Nazario por el Milan y en el que Pirlo podía haber entrado en la operación, pero Fabio Capello, técnico del Real Madrid decidió retener al brasileño, aunque en enero de esa temporada terminó marchándose a mitad de precio de lo que valía en agosto, esfumando las posibilidades de Pirlo de vestir de blanco.