Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, ha sido uno de los más exitosos empresarios en que se ha involucrado en el mundo del deporte sin duda de que podría incluso ser el mejor de su generación o historia en general. Sin embargo, hay movimientos que para muchos eran obligados y que el mismo presidente merengue rechazó de forma tajante como el de Arturo Vidal. No obstante, se ha revelado la razón tras una charla entre Iván Zamorano y el futbolista chileno en la que Florentino dijo lo siguiente: “Es que cuesta 40 millones, nomás. Cuando cueste 100, lo traigo”.
En este caso, el ex jugador del Real Madrid dejó claro que su charla con Florentino para llevar al chileno al conjunto blanco no fue del todo fructífera. Esta se suscitó en una ocasión donde, hablando con Emilio Butragueño, aprovechó para preguntar por el posible fichaje del que luego se convirtió en fichaje del Barcelona. Por ello, el jugador sudamericano no pasó a ser parte del Real Madrid en aquellos años y dejó un personaje que al madridismo no se le olvidará nunca.
No lo iba a fichar en ese momento
No es algo fuera de lo común ver que Florentino Pérez rechaza ciertos fichajes de forma un tanto diplomática, con la excusa de que no es un jugador hecho para ser parte del cuadro de Chamartín. En este sentido, parece que fue algo similar por lo que habla Zamorano, donde en lugar de tomarlo con seriedad, prácticamente se veía el desinterés del máximo mandatario del equipo.

‘Es extraordinario, pero cuando cueste cien’; fue la forma con la que el presidente concluyó la petición de Iván y todo lo demás es historia. El jugador llegó al Barcelona y desarrolló una fuerte animadversión por el cuadro merengue que parece continuar hasta el día de hoy y con cierta fuerza. A su vez, el ‘meme’ que se ha generado en torno a que esto no sucedió fue ideal para el madridismo, pues prácticamente en cada ocasión que Vidal habla, pasa siempre lo contrario y, para desgracia, en su peor versión posible.
Pero el chileno no quería desperdiciar la oportunidad de exponer su propia historia al respecto y dijo que fue competencia para Casemiro antes de consolidarse como leyenda del club blanco. “Donde soné fuerte fue en el año que Casemiro llega al Real Madrid, el que tenía que haber llegado era yo, pero como él lo había llevado al Porto, él se lo quiso traer, pero el que tenía que llegar ahí era yo”. El chiste se cuenta solo.
La fantasía que no se cumplió
Lo que queda claro es que detrás de ese supuesto odio y repulsión al equipo blanco, hay decepción por no poder ser parte del mejor equipo del mundo. Por eso, como todo antimadridista resentido, se dedicó a hablar mal de los merengues, aunque siempre le salió mal la jugada.