Tanto en el campo como en los mercados, el Real Madrid y el Barcelona mantienen una tensa rivalidad. Poniendo la mira en varios jugadores prometedores toda la temporada, los culés han robado de manera reciente un fichaje al Real Madrid. A pesar de que su llegada a Valdebebas estaba acordada, el jugador cambió de parecer en el último minuto.
El jugador en cuestión es Alan Godoy, joven atacante del CD Eldense de LaLiga Hypermotion. Teniendo un gran talento en sus botines, el equipo merengue vio en Alan al refuerzo perfecto para el Castilla. Una situación bastante similar a la de los culés, quienes vieron en el español a un jugador necesario para fortalecer a la plantilla del filial.

Si bien su fichaje por el Real Madrid era prácticamente una realidad, la decisión del jugador y de Florentino Pérez cambiaron todo. El presidente merengue, durante las últimas semanas, había congelado la operación por el atacante. Una situación que terminó aprovechando el Barcelona para pagar varios millones más de la cuenta por el joven Godoy.
Otro despilfarro culé
Siendo su primera temporada con el Eldense, el rendimiento de Godoy ha dejado mucho que desear. Disputando apenas 396 minutos esta temporada y siendo incapaz de conseguir alguna anotación, el español está siendo una decepción. Pese a su proyección y las habilidades que ha llegado a demostrar, Godoy no ha estado a la altura de las expectativas.
Es justamente por esto que, a pesar de todo el interés, el Real Madrid terminó congelando su operación. Necesitando jugadores de calidad y de respuesta inmediata para ayudar al Castilla, Godoy demostró no ser uno de ellos.

Ante el enorme riesgo de fracaso, el equipo merengue prefirió ahorrar y centrar su atención en otros jugadores que ya tenía en mente. Una situación que fue todo lo contrario al Barcelona, el cual en su afán de superar al Real Madrid, pagó de más por el delantero.
La inteligencia del Real Madrid
Esta situación ha demostrado la experiencia pero, sobre todo, paciencia del Real Madrid a la hora de realizar fichajes. Sin dejarse guiar por sensaciones, rumores o números, el equipo siempre ha acertado en sus operaciones para formar a la mejor plantilla del mundo.