Tal y como lo avanzábamos ayer noche, Frank Lampard ya es nuevo entrenador del Chelsea para lo que resta de temporada. El mítico ex jugador inglés y el peor entrenador de la era de Abramovich, vuelve a la que fue su casa y lo hace en un momento vital de la temporada.
La semana que viene recibe al Real Madrid en Champions y de él depende que los londinenses sigan vivos en esta edición. El rescindido Potter, ya los clasificó con una remontada en la vuelta de octavos, a pesar de sus últimos malos resultados.
Las prestaciones del "nuevo Chelsea"
Ahora el efecto podría ser el mismo, ya que la máxima competición europea sigue teniendo un valor imprescindible en el fútbol. Por ello, una de las grandes preguntas a valorar para el nuevo propietario del banquillo de Stamford Bridge es clara.
¿Se ve capaz de asumir esta eliminatoria con lo que tiene en casa? Su hogar se ha empezado a derrumbar y el incendio sigue activo a pesar de estar todavía con las brasas encendidas.
Lampard sabe lo que hay
El ex jugador ya dirigió a dicho conjunto en 84 partidos sin mucho éxito, pero como leyenda del club ha acudido al rescate. Este ya conoce cómo se las gasta el conjunto madridista en esta competición y reconoce que no será nada fácil.
En declaraciones a la prensa, asumía que: "Es un gran reto, pero no soy ingenuo, el Real Madrid es un gran equipo, es el vigente campeón y son fantásticos. Estoy emocionado por estar de vuelta en estas eliminatorias"
Aunque de todas formas, el factor de volver a la que fue su casa, puede ayudar y mucho. "Este es mi club. Estuve en otros sitios desde que dejé el Chelsea, pero estoy encantado de tener esta oportunidad en un momento en el que el Chelsea me lo pidió”, confesaba en su primera rueda de prensa tras ser nuevamente anunciado.
La sensación de Frank Lampard
Este se siente cómodo y querido de nuevo ya que el club siempre le ha respetado mucho. Pero el fútbol se mide en noventa minutos. En este caso, será a doble partido y contará con 180 en el crono, aunque la ida la empezará en territorio hostil, lejos de su hogar.
Allí es dónde el Real Madrid tiene que hacer daño para volver a Londres casi impoluto y con los deberes hechos. Veremos qué ocurre: resta tan solo menos de una semana. El camino a Estambul está más cerca y la subida de la moral madridista está intacta tras la victoria de ayer. Los blancos son capaces de todo.