Los dirigentes del Paris Saint-Germain observan abatidos como su máxima estrella, el diamante que más brilla, la pieza angular de su proyecto les da la espalda y no quiere continuar portando el escudo parisino en el pecho.
Kylian Mbappé no quiere saber nada más de París. El delantero galo ya comunicó de forma oficial a Nasser Al-Khelaïfi que no ejercía la opción de renovación automática de su contrato, que con finalizar en junio de 2024 era suficiente y que era turno de separar sus caminos.
Desde París lo han intentado todo para retener a Mbappé: contratos desorbitados, amenazas con un año apartado del equipo, le han privado de viajar a Japón con sus compañeros, se han inventado ofertas de otros equipos para generar ruido, etc.
Ahora, la última bala que les queda a los de París es recurrir a la justicia. Todo por intentar salvar su honor, que está más que dañado y es irreparable. No se cansan de patalear.
Acusaciones al Real Madrid por doquier
El PSG estudia denunciar al Real Madrid por supuestamente haber pactado un contrato de vinculación a partir del 1 de julio de 2024. Los parisinos denuncian que esto es ilegal, puesto que el jugador pertenece al PSG, y si quedan más de seis meses de contrato, no se puede negociar nada.
Al-Khelaïfi y el Emir de Qatar quieren ampararse en dos cuestiones: la famosa carta que Mbappé les envió anunciando que no quería renovar (puesto que ellos comprenden que Mbappé no renueva con el PSG porque ya tiene un acuerdo con el Madrid); y el hecho de que el jugador de Bondy se cierre en banda y no quiera escuchar ninguna oferta.
Este show del PSG no tiene ningún recorrido puesto que las pruebas que van a presentar se caen por su propio peso. No es más que una pataleta de Al-Khelaïfi al que le escuece mucho perder, y más cuando se trata de su máxima estrella.