Dice el refranero español que donde las dan, las toman. Y eso le sucedió el domingo a Nasser Al-Khelaifi, el presidente del PSG, en la final del Mundial de Clubes que su equipo perdió de manera clara contra el Chelsea (3-0) en el MetLife Stadium, en el Meadowlands Sports Complex, en East Rutherford, Nueva Jersey.
Al-Khelaifi, que venía de reírse y de celebrar en el palco la victoria en las semifinales ante el Real Madrid (4-0), con el detalle tan grosero de hacerlo delante de su homólogo, Florentino Pérez, y del presidente de la FIFA, Gianni Infantino. El dirigente catarí pasó de la euforia del miércoles a la más profunda de las decepciones cuatro días después.

Porque el Chelsea se impuso de forma arrolladora al PSG ante la impotencia máxima de un Al-Khelaifi que vio cómo no se puede escupir muy alto… porque el esputo termina volviendo a su lugar de origen. Un estado que, por otra parte, puede reducirse a un caso de justicia poética, ya que todo el mundo tiene al final lo que se merece…
El Chelsea sólo necesitó de 43 minutos para destrozar y golear a un PSG que se vio superado desde el primer minuto de partido, con una presión y agresividad ‘blues’ que combinaron a la perfección con una grandísima y solvente defensa. Los franceses se quedaron sin ‘sextete’ este curso después de haberlo ganado todo con anterioridad (Liga, Copa, Copa de la Liga, Supercopa francesa y Champions).
Luis Enrique, otro que tal baila
El mal perder del PSG se dejó caer de la mano del técnico del equipo, Luis Enrique, que protagonizó una trifulca al final del partido después de empujar a Joao Pedro, autor del tercer gol de Chelsea. El asturiano justificó posteriormente su conducta entre excusas y burdas mentiras, sosteniendo que lo único que quería era separar a sus jugadores.
PERO QUE HACE LUIS ENRIQUE PEGANDO A UN JUGADOR DEL CHELSEA???
— Real Madrid Fans 🤍 (@MadridismoreaI) July 13, 2025
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Todo se produjo después de que Gianluigi Donnarumma, el portero del París, se dirigiera a Joao Pedro, agrediéndole en la cara, y, lejos de reprobar la conducta de su jugador, Luis Enrique acudiera en su auxilio, metiéndose en el fregado y empujado al delantero brasileño.