Casemiro tenía este cruel apodo cuando era niño: ahora se lo recuerdan con cariño

Su fichaje por el Real Madrid significó un antes y un después en su carrera, y ya no había apodos válidos

Celia Suarez
18 de Junio de 2022
Casemiro celebra la victoria en el Bernabéu
Casemiro celebra la victoria en el Bernabéu

Casemiro creció en Brasil, dónde se forjó como un extraordinario deportista en las filas del Sao Paulo. Con los años fichó pronto por el Real Madrid, que le vino a buscar con urgencia para encomendarle la misión de proteger el centro del campo como pivote.

Su incorporación al equipo sentó de maravilla, y todos los técnicos que ha tenido, han confiado en su capacidad para disfrutar de su juego durante muchos años. En su tierra natal, nadie creía en su capacidad de triunfar como futbolista y es más, algunos hasta se reían de él. Le llamaban “trakina”.

Las “trakinas” eran unas galletas de chocolate brasileñas, que todos los niños las comían como merienda. Muchos se reían de Casemiro llamándole “cara de galleta”. El mediocentro lo pasó algo mal, en un primer momento. Pero luego, con los años fue creciendo y ya nadie le decía nada.

En el fútbol se debe hablar sobre el verde. Da lo mismo lo mucho que te puedan criticar fuera, que, si cualquier jugador se hace respetar dentro, no habrá nadie que le proteste nada.

Cambio de paradigma con el Real Madrid 
 

Así lo hizo Casemiro, que se mantuvo firme a las protestas y siguió trabajando en lo que más le gustaba: el deporte y el fútbol. Se lo pasaba muy bien con el balón y siempre quería tenerlo cerca. Se asociaba muy bien con sus compañeros y eso le permitía desarrollar un buen partido.

El apodo pasó a mejor vida cuando le vino a buscar el club de Chamartín. Nadie se esperaba un giro en los acontecimientos de aquella forma. Así que con su fichaje, sus primeras apariciones con Zidane y su conexión extraordinaria con Luka Modric y Toni Kroos, maravilló a cualquiera que entendiera un poco de fútbol.

Eso quedó en una simple anécdota. Los niños son muy malos entre ellos y más allá de que a Casemiro le sentara mal, él siguió trabajando y esforzándose como buen futbolista que quería ser.

Un chico con las ideas muy claras. Ahora atraviesa su séptima temporada en el primer equipo y parece que, si nada se tuerce, podría retirarse como jugador blanco. Mucho desparpajo el que le queda por delante.

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