Hoy día 11 de septiembre, además de cumplirse 21 años del famoso atentado contra las Torres Gemelas, se cumplen 57 años del nacimiento, en la localidad brasileña de Recife, del exjugador del Real Madrid Ricardo Roberto Barreto Da Rocha. El brasileño jugaba de defensa central y disputó 88 partidos oficiales entre 1991 y 1993 con la camiseta madridista (siendo el undécimo brasileño con más partidos en la historia del club). La mayor parte de su carrera la pasó en su país natal, donde jugó en muchísimos clubes: Santo Amaro, Santa Cruz, Guarani, Santos, Vasco de Gama, Olaria, Fluminense y Flamengo.
Además de la del Real Madrid, también tuvo otras dos aventuras futbolísticas en el extranjero: Sporting de Portugal (1988) y Newell’s (1997). Su mayor paso por un equipo no brasileño fue en el Real Madrid, donde estuvo dos temporadas. En aquellos dos años en la capital de España, donde jugó casi 100 partidos, Ricardo Rocha consiguió ganar la Copa del Rey de 1993, en la que el conjunto blanco venció en la final al Zaragoza por 2-0. No obstante, el central brasileño no jugó ni un minuto de esa final.
Ricardo Rocha era un defensa sobrio y de gran calidad al que, lamentablemente, un par de fallos garrafales le “señalaron” y evitaron que triunfara en el Real Madrid. Este central era un jugador súper profesional, muy trabajador, lejos del arquetipo habitual del jugador brasileño de aquel entonces. Pero esos fallos que cometió son imperdonables en un club como el de Chamartín, por lo que perdió la titularidad y se tuvo que marchar después de dos años defendiendo la camiseta blanca.
¿Qué fue de él tras marcharse del Real Madrid?
Ricardo Rocha puso fin a su efímero paso por Concha Espina en 1993. Tras despedirse del club blanco, que siempre lo tuvo en gran estima por su personalidad y su gran profesionalidad, volvió a Brasil para jugar en las filas del Santos, donde solo estuvo una temporada. Después jugó en Vasco de Gama, Olaria, Fluminense, Newell’s y Flamengo.
Con la selección brasileña llegó a disputar dos Copas Américas, en 1987 (Argentina) y 1991 (Chile). En la primera, Brasil no consiguió pasar de la fase de grupos, y en la segunda salieron subcampeones. Pero su gran éxito como jugador llegó en el Mundial de Estados Unidos 1994, en el que consiguió proclamarse campeón del mundo, el sueño de todo futbolista brasileño.
Tras su retirada como futbolista dio paso a los banquillos. De lo poco que se sabe de él como entrenador es que llegó a ser seleccionador nacional del equipo de Togo. Poco más se sabe de su aventura como técnico, ya que no consiguió asentarse en la élite como sí hizo siendo jugador.