El partido del Real Madrid en Vallecas terminó con más tensión de la esperada. No solo por el empate, sino por un gesto que ha dado la vuelta a las redes. Vinicius, visiblemente frustrado, fue captado por las cámaras durante una tanda de cambios murmurando una frase que no pasó desapercibida: “Es que parece que no queremos ganar, madre mía…”.
''Parece que no queremos ganar hoy''.
— El Día Después en Movistar Plus+ (@ElDiaDespues) November 10, 2025
Vinicius. #ElDíaDespués pic.twitter.com/g5mI00KNRZ
La escena ocurrió en el tramo final del encuentro, justo cuando Xabi Alonso realizaba los últimos cambios. El técnico decidió mover el banquillo, pero las sustituciones no convencieron al brasileño. Eder Militao había entrado al descanso por Huijsen, que tenía tarjeta amarilla. Más tarde, en el 71, Ceballos reemplazó a Brahim; en el 79, Rodrygo sustituyó a Camavinga. Luego, en el 83, Fede Valverde dejó su sitio a Arnold.
Fue en ese momento cuando Vinicius explotó. Las cámaras le enfocaron claramente, moviendo la cabeza con gesto de desaprobación. Su frase, pronunciada en voz baja, reflejaba el malestar por lo que él interpretó como falta de ambición.
El enfado de Vinicius
El brasileño quería más. En el banquillo esperaban Endrick y Gonzalo, ambos se quedaron sin minutos. Vinicius entendía que el equipo necesitaba un cambio más ofensivo, un golpe de efecto para buscar la victoria. Pero Xabi apostó por mantener el equilibrio táctico.
El gesto no pasó inadvertido ni para el cuerpo técnico ni para sus compañeros. Algunos intentaron calmarlo, otros prefirieron mirar a otro lado. No era la primera vez que Vini mostraba su carácter en pleno partido, pero sí la primera en la que apuntaba directamente a las decisiones de su entrenador.
Momento delicado
El brasileño no atraviesa su mejor etapa. Le cuesta encontrarse cómodo en el sistema de Xabi Alonso, más estructurado y menos libre que en temporadas anteriores. Su lenguaje corporal lo decía todo: frustración, impotencia y una sensación de desconexión con el plan del equipo.

Pese al gesto, desde el club intentan restarle importancia. Hablan de “calentura del momento” y de la competitividad natural de un futbolista que siempre quiere ganar. Lo cierto es que Vinicius volvió a demostrar que no se guarda nada. Ni dentro ni fuera del campo. Y esta vez, el destinatario de su enfado fue Xabi Alonso.