Arda Güler ha irrumpido con fuerza en el tramo final de la temporada. Su talento, visión y descaro no han pasado desapercibidos para el cuerpo técnico del Real Madrid. Carlo Ancelotti ya lo ve como una opción real y constante en el once inicial.
Pero su aparición no solo afecta a Rodrygo Goes. Hay otra pieza clave en el equipo que puede ver alterado su rol: Jude Bellingham.
Güler, el mediapunta ideal
El Real Madrid considera que Arda Güler encaja a la perfección en la posición de mediapunta. Justo por detrás de las dos grandes referencias ofensivas: Vinícius Jr. y Kylian Mbappé.
Ese lugar, hasta ahora, tenía dueño. Bellingham ha brillado allí desde su llegada. Ha marcado goles, ha dado asistencias y ha sido el motor ofensivo del equipo durante meses.

Sin embargo, la irrupción del turco puede provocar un reajuste importante. Ancelotti estudia retrasar a Jude a una posición más centrada en la creación. Más cerca de Tchouaméni, Valverde o Camavinga.
Un nuevo equilibrio en el centro del campo
La idea es clara: mantener a los mejores sobre el césped. Si Arda sigue a este nivel, no puede quedarse en el banquillo. Su impacto es inmediato. Cada vez que entra, cambia partidos. Aporta fluidez, último pase y gol.
Ese nuevo reparto de zonas en el campo daría al Madrid un tridente ofensivo temible. Vinícius y Mbappé arriba. Güler detrás de ellos. Y Bellingham más atrasado, dominando desde la base de la jugada.
Rodrygo, en este contexto, sería el gran damnificado. Su rol pasaría a ser más secundario, entrando desde el banquillo o actuando como recambio de los extremos.
Ancelotti lo tiene claro: jugarán los mejores
El técnico italiano no se casa con nadie. Siempre lo ha dejado claro: jugarán los que mejor estén. Si Güler continúa rindiendo a este nivel, tendrá hueco.

El reto para Bellingham será adaptarse a una posición más alejada del área. Menos goleadora, pero igual de importante.
Lo positivo para el Real Madrid es que las alternativas no faltan. Y si todos están bien, el equipo gana en calidad y variantes.
El Clásico y los partidos que restan serán el verdadero termómetro. Pero lo que es evidente es que Arda Güler ha llegado para quedarse. Y su impacto va más allá de Rodrygo.